La Junta Militar birmana examinará si permite la entrada de ayuda para la reconstrucción
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La Junta Militar birmana estudiará si acepta ayuda de las organizaciones extranjeras que desarrollen tareas de reconstrucción, dijo hoy el primer ministro birmano Thein Sein, en la conferencia internacional de países donantes que se celebra en Rangún.
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"Mi Gobierno esta dispuesto a aceptar a aquellos grupos que estén interesados en rehabilitación y reconstrucción", dijo el primer ministro sin citar a las organizaciones no gubernamentales que pretenden proveer alimentos y otra ayuda básica para los cerca de 2,5 millones de supervivientes del ciclón Nargis.
El general Sein puntualizó que "se lo permitiremos si desean trabajos de rehabilitación y reconstrucción, localidad por localidad"".
El jefe de la Junta Militar, el general Than Shwe, aseguró el pasado viernes al secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien hoy a primeras horas regresó a Rangún desde Bangkok, que desbloquearía la entrada de cooperantes extranjeros y de la ayuda humanitaria internacional.
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"Nuestro reto inmediato es humanitario. Nuestro objetivo debe ser salvar vidas y ayudar a reconstruir Myanmar", dijo el secretario de la ONU durante su discurso.
Ban señaló que "los expertos y trabajadores con experiencia de las organizaciones humanitarias, además de los equipos de médicos de los países vecinos, deben tener acceso sin estorbos a las áreas más golpeadas por el desastre".
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En su intervención, Ban también apuntó que las tareas de ayuda a los damnificados tendrán que durar "al menos seis meses, dado que hay que alimentar y cuidar de aquellos que lo han perdido todo".
Los delegados europeos y las ONG esperan pocos resultados de la conferencia de donantes que se celebra con la asistencia del secretario general de la ONU.
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A la reunión de un sólo día, además de los delegados de países donantes de la Unión Europea (UE), asisten también Estados Unidos, Australia, Japón, las diez representaciones de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), Cruz Roja, y al menos cinco organizaciones no gubernamentales, indicaron fuentes de la ONU.
El encuentro está presidido por el secretario general de la ASEAN, Surin Pitsuwan, y el jefe de asuntos humanitarios de la ONU, John Holmes.
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Uno los principales objetivos de la reunión, de acuerdo a fuentes de la UE, es "identificar los obstáculos para conseguir que la ayuda entre en el país, y las vías para que llegue hasta las personas necesitadas".
Fuentes diplomáticas europeas consultadas por Efe en la antigua capital birmana aseguraron que el encuentro será aprovechado por la Junta Militar para darse un "lavado de cara" internacional.
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Indicaron que la Junta Militar, que se ha comprometido a dejar entrar al delta del río Irrawaddy a los cooperantes extranjeros, no hará más concesiones e insistirá en gestionar a su manera la catástrofe, como ha hecho hasta ahora.
Un representante de UNICEF, que trabaja en Birmania desde 1950, advirtió de que adoptar una postura demasiado dura frente a los generales les llevará a reafirmarse en sus sospechas de las intenciones reales de la comunidad internacional, a la que han acusado de querer interferir en sus asuntos domésticos.
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La UNICEF ha obtenido permiso para que seis expatriados viajen la próxima semana a Labutta, una de las ciudades más devastadas por el Nargis.
La mayoría de gobiernos de los países de la Unión europea (UE) han optado por enviar sólo a sus embajadores, la mayoría desde Bangkok, y observan con recelo el protagonismo asumido por la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), señalaron fuentes diplomáticas europeas.
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Birmania, que ingresó en la ASEAN en 1997, dio tras la catástrofe ocurrida el 2 y 3 de mayo, el visto bueno al envío de expertos en gestión de emergencias del bloque regional al mismo tiempo que vetaba el acceso al delta al resto de cooperantes extranjeros.
"La ASEAN facilita la arquitectura diplomática", declaró a la prensa el secretario general de la organización regional integrada por Brunei, Birmania, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia, y Vietnam.
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La Junta Militar designó la pasada semana a la ASEAN como su interlocutora y mediadora con los países occidentales, que presionan a Birmania para que abra sus puertas a la asistencia internacional para los supervivientes del ciclón.
Por norma, la Junta Militar birmana sospecha de las intenciones de las potencias occidentales, en particular de Estados Unidos y la UE, que mantienen en vigor sus sanciones económicas a Birmania en respuesta a la persistente violación de los derechos humanos.
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Por otra parte, a algunas delegaciones de la UE les preocupa si éste es el momento adecuado para hablar de dinero, cuando la Junta Militar se resiste a informar con exactitud de qué tipo de material de emergencia necesita más, o las zonas a las que es más apremiante que llegue la asistencia.
La reunión tiene previsto agilizar los envíos de ayuda para las víctimas del tifón Nargis, que ha dejado al menos 134.000 muertos o desaparecidos y dos millones y medio de damnificados.
El régimen birmano calcula que necesitará 11.000 millones de dólares (7.000 millones de euros) para la reconstrucción del sur del país, mientras que la ONU ha solicitado a la comunidad de donantes 201 millones de dólares para atender durante los próximos tres meses las necesidades más urgentes de los damnificados.