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Javier Coma opina que la "transformación de la novela en película es a veces un proceso grotesco"

EFE

El historiador del cine Javier Coma considera, tras exhaustivas investigaciones, que la transformación de una novela en una película para la gran pantalla es en ocasiones un proceso "intrincado e incluso grotesco", tal como relata en las páginas de su nuevo libro, "Doctor libro y míster Film".

Arropado por sus amigos Juan Marsé y Joan de Sagarra, Coma ha presentado hoy en Barcelona este libro enciclopédico de Notorious Ediciones, continuación del que ya publicó en 2003, "Entre el Nobel y el Oscar -Grandes novelas a la pantalla grande".

Es por este motivo por el que en la nueva obra no aparecen ni comentados "El gran Gatsby", "Fiesta", "El camino del tabaco", "Las uvas de la ira" o "Intruso en polvo".

Javier Coma analiza en esta ocasión las obras de cuatro premios Nobel como Sinclair Lewis (Elmer Gantry), Ernest Hemingway (El viejo y el mar), John Steinbeck (Al Este del Edén) y William Faulkner (The Reivers), así como novelas galardonadas con el Pulitzer como "El despertar", "Matar un ruiseñor" y "La escapada".

Otros autores que no relega en su estudio el escritor barcelonés son John O'Hara, Erskine Caldwell, Nathanael West, Francis Scott Fitzgerald, Carson McCullers, Nelson Algren y Truman Capote.

Todas las obras analizadas, según ha remarcado él mismo, quedan inscritas en la gran época de la literatura y el cine americanos que va de la Primera Guerra Mundial y hasta los años sesenta, leyendo y revisionando tanto novelas como películas en versión original.

Sostiene Coma que libros y películas son difícilmente comparables entre sí porque son soportes diferentes, pero cree que sí tiene sentido ponerlas ante el espejo si la adaptación cinematográfica de una novela que "no es gran cosa queda convertida en un filme bueno, como ocurre con 'Los cuatro jinetes del apocalipsis', de Blasco Ibáñez".

Lo que sí es "apasionante", en su opinión, es seguir el proceso de transformación -de ahí surge el título del libro, parafraseando al Doctor Jekyll y Mister Hyde, de Stevenson- porque "hay un conglomerado de factores como la personalidad de los directores, la comercialidad o la autocensura, que sí pueden llevar a una buena o mala película".

Este es el eje del libro y del análisis de las quince películas que en él anidan. "Incluso muestro el caso de algún libro bueno que se ha transformado en una película mediocre", ha apostillado, y ha puesto como ejemplo de esta aseveración "Llamad a cualquier puerta", de Willard Motley, que llevó al cine Nicholas Ray, con Humphrey Bogart como protagonista.

Ahondando más en su afirmación de que en ocasiones el proceso es también grotesco, ha comentado el historiador que en "Reflejos de un ojo dorado", de Carson McCullers, y que llevó al cine John Huston, con Marlon Brando y Elizabeth Taylor, hay una escena en la que se ve de muy lejos a Taylor desnuda, que en realidad es una doble, porque ella se negó a que se la captara sin ropa.

Además, ha dicho con sorna que uno de los caballos que aparece en el filme tuvo que ser doblado por otro en una de las escenas por encontrarse el primero exhausto.

En otras ocasiones, ha continuado, lo que ocurre es que la película es muy fiel a la novela, pero no a su lenguaje y ha vuelto a poner de ejemplo "Reflejos de un ojo dorado" puesto que, a su juicio, Huston no era el adaptador ideal del texto de McCullers, muy poético y lírico.

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