Israel dice que completará su misión en Gaza, donde ya han muerto 225 personas
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El primer ministro israelí, Ehud Olmert, ha asegurado que el Ejército de su país necesitará tiempo para "completar su misión" en Gaza, donde 225 personas murieron y 750 resultaron heridas en el más sangriento ataque israelí contra los palestinos desde 1967.
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Esta noche, los F-16 israelíes volvieron a bombardear objetivos de las fuerzas del orden de Hamás, lanzaderas de cohetes y carreteras, según testigos y fuentes de seguridad palestinas.
Los últimos ataques destruyeron la carretera Saladino, la principal de Gaza, a la altura norte, que comunica las localidades de Beit Hanun, Beit Lahia y Yabalia, sin causar víctimas, agregaron los testigos.
"La operación en la franja de Gaza está destinada, ante todo, a mejorar la realidad de seguridad para los residentes del sur del país", dijo Olmert en una rueda de prensa en referencia a las localidades blanco de los proyectiles de las milicias palestinas.
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"Esto llevará tiempo y cada uno de nosotros debe ser paciente de forma que podamos completar la misión", indicó el jefe de Gobierno.
En este sentido, el titular israelí de Defensa, Ehud Barak, dejó claro por la tarde que "hay un momento para treguas y un momento para el combate" y "ahora es el momento del combate".
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"La operación continúa y lo hará mientras sea necesario", aseguró el Ejército israelí en un comunicado.
La edición digital del diario "Jerusalem Post" informa de que el Estado hebreo ha aumentado su despliegue militar en torno a Gaza en preparación de una eventual invasión terrestre tras los bombardeos.
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Los ataques aéreos fueron lanzados en un par de minutos, poco después del mediodía, por medio centenar de aviones y helicópteros de la Fuerza Aérea israelí.
Los bombardeos destruyeron una treintena de edificios, en su mayoría sedes de las fuerzas de seguridad de Hamás, que controla Gaza desde junio de 2007, muchas de ellas situadas en zonas residenciales.
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En el ataque masivo murieron varios cargos de Hamás, como el responsable de la Policía en Gaza, Taufiq Yaber; el jefe de la seguridad, Ismail El Yabary; y el gobernador de la circunscripción de Gaza Central, Abu Ashun.
El diario "Haaretz" precisa que las autoridades israelíes buscaron generar en los días previos una falsa sensación de confianza en Hamás -con informaciones falsas y el anuncio en la víspera de la apertura de los pasos fronterizos- para que los miembros de las fuerzas de seguridad del movimiento islamista se hallasen en los edificios blanco en el momento del ataque.
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La "confidencialidad" y el "elemento sorpresa fueron centrales" en la operación, subrayó el Ejército israelí.
A última hora de la tarde, un nuevo ataque aéreo al este de la capital de la franja mató a tres milicianos que se preparaban para lanzar cohetes contra Israel, lo que elevó a 225 el número de palestinos muertos en Gaza durante la jornada, según fuentes médicas.
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Los servicios de emergencia siguen buscando entre los escombros, lo que, sumado al alto número de heridos, algunos en estado grave, hace temer que el número de víctimas aumente en las próximas horas.
La matanza ha generado manifestaciones de repulsa en distintos puntos de Cisjordania, en la parte palestina de Jerusalén y en Nazaret, la mayor ciudad árabe de Israel, donde se han registrado protestas y altercados.
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Ya por la noche, el jefe del Gobierno de Hamás en Gaza, Ismail Haniye, acusó a Israel de haber cometido su "más horrible y fea masacre del pueblo palestino", mientras que el máximo líder del movimiento islamista, Jaled Meshaal, exiliado en Damasco, llamó a lanzar una tercera Intifada contra Israel.
Las milicias palestinas han respondido con el lanzamiento de medio centenar de proyectiles contra el sur de Israel, uno de los cuales mató a una mujer en Netivot.
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Barak ha declarado el estado de emergencia en todas las comunidades israelíes que se encuentren en un radio de veinte kilómetros en torno a Gaza.
Los líderes de Hamás, por su parte, se encuentran escondidos por miedo a ser el próximo objetivo de esta campaña, lanzada ocho días después de que concluyese la tregua de seis meses acordada en junio por Israel y el movimiento islamista con mediación egipcia.
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El pasado día 19, Hamás rehusó prorrogar el alto el fuego por considerar que Israel incumplía su parte del pacto.
En los primeros días de regreso a las hostilidades, Hamás se abstuvo de lanzar cohetes y proyectiles de mortero contra Israel, para dejar que lo hicieran otras facciones, principalmente la pequeña pero radical Yihad Islámica.
Pero el miércoles, tras la muerte de tres de sus milicianos por fuego israelí, Hamás se lanzó a la ofensiva hasta superar el centenar de proyectiles.
Ese mismo día, el gabinete de seguridad dio luz verde por unanimidad a la operación y dos días después los principales responsables políticos y militares aprobaron su lanzamiento, según reconoció hoy el primer ministro.