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Irán responde con dureza a Estados Unidos pero emite señales contradictorias

EFE

Irán respondió hoy con dureza a la oferta del presidente estadounidense, Barack Obama, quien el lunes expresó su deseo de avanzar en el proceso de reconciliación, pero aún así no pudo apagar las contradicciones internas que ha generado el órdago norteamericano.

Pocas horas después de que el mandatario estadounidense señalara que espera progresos antes de fin de año, el líder supremo de la Revolución iraní, ayatolá Ali Jameneí, recuperó su verbo más duro y acusó a Washington de conspirar contra Irán y propagar el terrorismo desde el vecino Irak.

En un discurso pronunciado en la región kurda iraní fronteriza con Irak y transmitido por la televisión estatal, el máximo dirigente iraní advirtió a sus conciudadanos que deben "estar alerta" porque Washington "utiliza armas y dinero para luchar contra la República Islámica desde la frontera".

"Afirmó sin titubeos que más allá de nuestra frontera occidental, los estadounidenses están muy ocupados urdiendo conspiraciones, promoviendo el terrorismo", subrayó Jameneí, de viaje oficial en una de las provincias limítrofes con Irak.

La zona ha sido escenario en las últimas semanas de combates mortales entre el grupo separatista kurdo PAJK, escindido del Partido de los Trabajadores del Kurdistán, y las fuerzas de elite del régimen iraní.

Aunque Estados Unidos, en un gesto de buena voluntad, ha incluido al PJAK en su lista de grupos terroristas, Irán acusa a Washington de apoyar y financiar a esta organización que se refugia en Irak.

En la misma línea se pronunciaron hoy el mandatario iraní, el conservador Mahmud Ahmadineyad, y el presidente del Parlamento, el moderado Ali Lariyani.

Ahmadineyad acusó a las "potencias arrogantes" de interferir en los asuntos internos de Irak y de tramar contra Irán al mantener su presencia militar en territorio iraquí.

"La presencia de los arrogantes en Irak permite su interferencia en los asuntos de este país. Afortunadamente, estas potencias arrogantes están en decadencia", afirmó Ahmadineyad tras recibir al ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Hoshyar Zebari.

Larijani, por su parte, volvió a exigir la salida inmediata de las tropas estadounidenses de Irak.

"La continuidad de su presencia militar en la región no tendrá otra consecuencia que la propagación del terrorismo, la violencia y la inseguridad", señaló

Sin embargo, horas más tarde, y desde el otro ángulo del discurso oficial iraní, el ministro de Asuntos Exteriores, Manoucher Mottaki, indicó que su país saluda el giro político de la Administración que dirige Barack Obama y que recibirá con beneplácito los futuros cambios hacia Irán.

"Desde que Obama ha llegado al poder ha planteado puntos de vista y ha usado un (nuevo) lenguaje donde vemos cambios respecto a los gobiernos anteriores pero estas palabras deben hacerse realidad", señaló.

La sucesión de declaraciones, unidas a las de otros responsables iraníes, han puesto una vez más de manifiesto la agitación que ha causado las oferta de reconciliación de EEUU en el seno de la corriente conservadora del régimen.

Washington y Teherán rompieron sus lazos diplomáticos en abril de 1980, tras el triunfo de la revolución islámica que desalojó del poder al último Sha de Persia, el pro occidental Mohamad Reza Pahlevi.

Durante la Administración del presidente demócrata Bill Clinton, la Casa Blanca ya trató de abrir canales de diálogo, pero el intento acabó en fracaso.

Con la llegada de sus sucesor, George W. Bush, las relaciones entre ambos países empeoraron aún más, hasta el punto de que Washington incluyó a Teherán en el eje del mal.

Además, le acusó de ocultar, bajo su programa nuclear civil, un supuesto proyecto nuclear cuyo fin último sería adquirir un arsenal atómico.

Obama truncó esa política agresiva el pasado marzo, y en un gesto sin precedentes se dirigió a través de una cinta de vídeo al pueblo iraní y en una suerte de reconocimiento, apeló a la República Islámica.

El tono y sobre todo el contenido del mensaje parece haber desconcertado al régimen de los ayatolá, que desde entonces emite señales diversas.

Hasta la fecha, la respuesta había sido dura pero cautelosa: las autoridades iraníes insisten en que las palabras deben transformarse en hechos y que Estados Unidos debe antes disculparse de los errores cometidos.

Incluso en los últimos días, se había aplaudido con algo más de ímpetu los cambios promovidos por Obama.

Pero los expertos en la zona también están confundidos: algunos creen que Irán esta acorralado y necesita negociar, pero busca mejores condiciones.

Otros creen que no hay atisbo de cambio y que como en ocasiones precedentes, el régimen de los ayatolá está ganando tiempo para conseguir la bomba atómica y variar las tornas.

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