El interventor reconoce ahora que hablaba con el maquinista poco antes del accidente

Hasta en dos ocasiones. Esa es la cantidad de veces que llamó al maquinista el interventor del Alvia que descarriló en Santiago hace una semana. Aunque en un principio había negado ante la Policía que hubiese mantenido contacto con el conductor desde que el tren salió de Ourense, Antonio Martín Marugán ha reconocido hoy a algunos medios que sí se comunicó con él. Y, además, poco antes de que el convoy se saliera de la vía. 

Sus declaraciones llegan después de que Francisco José Garzón Amo, el conductor del Alvia Madrid-Ferrol accidentado, decidiese declarar voluntariamente ante el juez para confirmar que quien le había llamado antes de descarrilar era el interventor. 

Las dudas al respecto surgieron el pasado martes, cuando la información de la caja negra confirmó que Garzón hablaba "con Renfe" a 153 kilómetros/hora en el momento del accidente. La Policía ya había detectado en su investigación que esta llamada se realizó dentro del convoy y la Cadena Ser adelantaba este miércoles que los agentes ya habían identificado al interventor, que había negado con anterioridad ser el autor de la llamada.

Marugán ha querido despejar la incertidumbre y, tanto en el diario El País, como en la Cadena Ser, ha admitido que llamó a Garzón hasta en dos ocasiones y, una de ellas, minutos antes del accidente. Aun así, el interventor quiso dejar claro que "no en el momento justo del accidente" porque, alega, cuando él salió del vagón volcado, "llevaba el móvil en el bolsillo". 

Preguntado por los motivos que le llevaron a mentir al juez, en un primer momento, Marugán aduce los nervios del momento como excusa. "No he ocultado nada, mi cabeza no estaba preparada cuando declaré, todavía estaba en shock, me hicieron preguntas y contesté", relata.

Asimismo, en declaraciones a Antena 3 recogidas por Efe, el interventor confirmó de nuevo que realizó dos llamadas al maquinista durante el trayecto: una a las ocho de la tarde que no recordaba y la otra poco antes del accidente, aunque no se acuerda de la hora exacta. Pese a la conversación telefónica, el interventor sostuvo que el maquinista "no tiene por qué despistarse por la llamada, porque para conducir un tren no tiene que ir con las manos en el volante".