"La iniciativa política en Catalunya no la tienen los partidos, sino la gente movilizada"
Joan Manuel Tresserras, exconseller de Cultura del Gobierno de la Generalitat de Catalunya, explica que en estos momentos se conforma un "nuevo bloque histórico central, de la sociedad", que apunta hacia "un proyecto nuevo" y a una ruptura con el pasado.
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¿Hacia dónde vamos?
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"Pues a un proceso de revolución democrática. Aquí no hay tres predicadores corriendo por pueblos y ciudades engañando a la gente. No hay liderazgos personales mesiánicos". El profesor de historia de la Comunicación, Joan Manuel Tresserras, formó parte del gobierno de José Montilla y fue coordinador de la redacción de la hoja de ruta hacia la independencia, aprobada por Esquerra Republicana de Catalunya el pasado mes de julio. Considera que el actual proceso de movilizaciones que se produce en la sociedad catalana "es un movimiento que tiene una profundidad y una anchura considerables, con gentes de procedencias muy diferentes y de ubicaciones sociales muy distintas, en zonas urbanas y rurales, y en todo tipo de actividades profesionales. Es decir, que no es un fenómeno ni coyuntural ni superficial. De ahí su fuerza".
Los límites
Sin embargo, Tresserras asegura que "el movimiento tiene establecidos unos parámetros de los que no quiere salirse" y explica que "la lucha será pacífica y escrupulosamente democrática, ejerciendo la fuerza por cauces democráticos, saltándose la legalidad, si hace falta, para actuar democráticamente".
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Proyecto social
"El modelo social a desarrollar, partiendo de esos principios que creo que son ampliamente compartidos, apunta a la construcción de un Estado con una participación democrática muy directa, que no se limita al voto únicamente, con diversos modelos y niveles de participación y autogestión". Poniendo límites, "por lo menos a la desigualdad, y con un compromiso firme con la justicia social, intentando garantizar una adscripción al nuevo proyecto de carácter inclusivo". "No es la construcción de una identidad", asegura, "es un proyecto de ciudadanía compartida. La misma para todos. Mismos derechos, mismos deberes".
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¿Identidad?
"Cada cual la que le dé la gana", insiste. "La identidad es una elección personal e intransferible. En la nueva Catalunya en construcción se contempla al Estado construido de abajo arriba, como garante de las reivindicaciones y los anhelos de libertad y de justicia de la población que lo inspira, no como instrumento en manos de una minoría para dominar a la mayoría. Más bien como expresión y garantía de los derechos de la mayoría. En este tipo de modelo social podrá haber mucha gente que esté aquí y que se sienta fundamentalmente española, paquistaní, ecuatoriana, lo que sea... Ser catalán es un derecho, no una obligación. Formar parte de la comunidad es un derecho, no una obligación. Hablar catalán es un derecho, no una obligación... "Simplemente se trata de hacer posible un modelo democrático, abierto, de respeto por la diversidad, la pluralidad, que permita sentir que formamos parte de un nuevo modo de nación adaptado a la globalización. Nunca más habrá en Catalunya una sociedad en la que todo el mundo se sienta catalán o hable catalán".
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¿Para qué servirá la cadena humana de este miércoles?
"Servirá para que la gente que participa sienta que forma parte de un movimiento muy potente, con una base muy amplia, que tenga una percepción directa de su capacidad de movilización", explica. "Lo característico es justamente su capacidad de autoorganización. Los teóricos consideraban habitualmente que el modo de medir la madurez de un movimiento social es justamente a través de su capacidad de autoorganizarse ante situaciones concretas. Yo creo que la cadena es una demostración de una gran capacidad de autoorganización, porque es de una gran complejidad". Sirve para "dejar claro a los partidos políticos que ellos tienen un mandato, pero que la fuerza está en la gente. La iniciativa política en Catalunya en estos momentos no la tienen las formaciones políticas, la tiene la gente movilizada".
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Las viejas clases dirigentes, según Joan Manuel Tresserras, hace varias generaciones que no tienen proyecto político, ni español ni catalán. Simplemente buscan un buen acomodo con el poder español que haya en cada momento. Ahora, señala "hay en Catalunya, en formación, un nuevo bloque histórico, central, de la sociedad, del que forman parte las clases trabajadoras ilustradas, las clases medias trabajadoras, nuevos sectores emprendedores, funcionarios de los principales servicios básicos, profesionales liberales, artistas, trabajadores del conocimiento... esto es la mayoría de la sociedad". "La identidad es una elección personal e intransferible. Es un derecho, no una obligación"
¿Por qué tanta ilusión para formar un nuevo estado independiente?
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"Aquí hay un cruce de movimientos", señala. Indignación e ilusión. "Una síntesis positiva". Movimientos tipo 15M e independentismo. "Hay indignación y un rechazo de la concepción de la política vigente, de la política de partido, burocratizada, en la que simplemente se puede emitir un voto de vez en cuando, política que queda de algún modo secuestrada por los profesionales de la política. Y hay una indignación por la corrupción, por la falta de transparencia, por unas desigualdades y por un sistema que permite unas injusticias flagrantes.... Y al mismo tiempo lo que hay es la ilusión por sentir que es posible poner en marcha un proyecto nuevo". "Se puede afirmar que, en Catalunya, una amplísima mayoría social quiere el derecho a decidir y, por tanto, quiere el reconocimiento de la soberanía".
Pronósticos en torno al calendario hacia la independencia
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Lo que exige la población es poder decidir, explica el exconseller. "Y hay dos modos. O se hace a través del modelo de consulta, con los requisitos establecidos, y pactado con el Estado. O si no, probablemente habrá que recurrir a unas elecciones, que van a tener carácter plebiscitario. No porque lo diga Artur Mas. Quién convierte unas elecciones en plebiscitarias es la gente y los partidos introduciendo en sus programas algunos elementos básicos. El presidente convoca elecciones y la gente va a saber a lo que va. Antes de fin de año habrá pregunta y habrá propuesta de fecha para consulta y se apurarán las posibilidades de obtener una autorización o connivencia con el Estado para poder llevar a cabo la consulta. Si eso no es posible, a finales de año o como muy tarde a principios del 2015 habrá convocatoria de elecciones", pronostica Tresserras.
"Si hubiera consulta, el peso de los medios de comunicación españoles en Catalunya es suficientemente importante como para que en el resultado, bien por incentivación de la participación de la gente que ve con temor este proceso o bien por una llamada general a la baja participación, la victoria del sí podría quedar muy matizada. "Se trata de hacer posible un modelo democrático, abierto"Pero si se impide la consulta, como que el apoyo al derecho a decidir es tan mayoritario, cercano al 80%, significaría ir a un Parlament de amplísima mayoría independentista y a una declaración de independencia, creo yo. Esto ha llegado a un punto que veo muy difícil que se pueda echar atrás".
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¿Tiene cartas escondidas Artur Mas?
Joan Manuel Tresserras cree, "a riesgo de pecar de ingenuo", que "el político ambicioso y frustrado" que actuó por su cuenta en la negociación de la reforma del Estatut con José Luis Rodríguez Zapatero, "desalojado del poder porque se sentía ganador de unas elecciones que dieron paso a una mayoría de izquierdas", ha quedado atrás. "Ahora es más maduro, siente que ha llegado su momento y está decidido a pasar a la historia como un político digno, que espera estar a la altura de las circunstancias. Creo que tenderá a respetar los compromisos".
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"Otra cosa son las presiones que recibe desde su propio entorno y desde su partido. Si ahora puede conciliar sus compromisos, que han sido claros y contundentes en el último año, con la atención también a algunas llamadas a la reflexión, a la calma... de su propio partido o de sectores sociales que durante mucho tiempo lo han tenido como su representante, o de Rajoy... Que quiera conciliar todo eso, es posible, es comprensible, pero esa conciliación tiene un límite". "Antes de fin de año habrá pregunta y habrá propuesta de fecha para la consulta"
"Los cargos imprimen carácter", asegura el extitular de Cultura en el gobierno de la Generalitat. Artur Mas ocupa el cargo de Macià y de Companys, recuerda. Montilla, Maragall, Pujol... construyeron "un cierto compromiso con la dignidad del cargo". Mas "puede aspirar a ser el primer presidente de una Catalunya independiente y es consciente de que está escribiendo historia".
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¿Qué pregunta se llevará a la consulta?
Lo ideal sería acordar la pregunta entre todos los partidarios del derecho a decidir, dice, pero indica que se ha de poder responder con un sí o un no. "No es una encuesta. Es una decisión política".
¿Si gana el no?
"Provocaría durante mucho tiempo una desmovilización y una desmoralización", reconoce el coordinador de la elaboración de la hoja de ruta del partido parlamentario que abandera desde hace más tiempo el catalanismo independentista. "En estos momentos, no creo que tome esa dirección. Se me hace difícil imaginar una victoria del no".
Con el sí, un punto de inflexión
"Habrá un nuevo escenario político. Yo estoy convencido de que el actual mapa político va a saltar por los aires en el momento en el que se produzca el pronunciamiento de la población catalana y quede reflejada de algún modo en la composición de un parlamento". Tresserras cree que se pondrán en discusión los partidos "concebidos como máquinas de gestión, alejados de la gente, sin contacto directo, con unas leyes electorales de listas cerradas, donde todo se resuelve a partir de fidelidades internas, de la burocracia interna...". "El actual mapa político va a saltar por los aires"
¿Sacrificios con la independencia?
"No es de esperar que al día siguiente esté todo solucionado. Habrá un período de transición hasta tener sistema de recaudación propio, de seguridad social... Los problemas estructurales se mantienen, los de infraestructuras, la deuda acumulada... Pero hay sectores de población que tendrán mejoras de inmediato. Los sacrificios que haya que hacer serán de corta duración. Las solidaridades serán más fluidas". "Los sacrificios que haya que hacer serán de corta duración"
"Habrá que negociar los términos para el reparto de la deuda del Estado, el patrimonio que ahora tiene el Estado en Catalunya. En unas condiciones de dureza negociadora y de mal rollo, las posibilidades de ejercer presión de mala manera son muchas, pero entiendo que lo más inteligente por ambas partes es llegar a acuerdos razonables y que puedan ser de beneficio mutuo. Otros aspectos... reconocimiento de la doble nacionalidad... Esto debería ser al máximo nivel posible. No se forma un nuevo estado para limitar los derechos anteriores de la población residente aquí. Hay ciudadanos residentes en Catalunya que sienten muy confortables con su nacionalidad española. No debe haber problema." "Una izquierda que ahora mismo en Catalunya no se sitúa dentro del movimiento es que no es izquierda"
¿Y la izquierda tradicional?
"Lo más desconcertante de lo que pasa en Catalunya es que hay grupos de izquierda que en vez de sentirse invocados por la gente e invitados a participar en las movilizaciones, más bien se sienten incómodos porque no las controlan, porque habitualmente los convocantes son ellos y ahora las convocatorias las hace la gente", explica el profesor. "Ningún partido puede sacar a la calle tanta gente, ninguno, ni todos juntos... Es la gente la que se mueve porque quiere y pone las líneas básicas y expone cuáles son sus ambiciones, sus deseos, sus motivos, sus proyectos... Y esta izquierda, que habitualmente ha defendido que tiene un proyecto social transformador, en un momento en el que tienes a la gente movilizada, en la calle, en plena crisis, alrededor de un tema que pone en crisis al Estado mismo y que puede suscitar la construcción de un Estado nuevo o de un proyecto social nuevo, cuando hay la posibilidad efectiva de desarrollar un proyecto de cambio social esta izquierda no está y se inhibe, o tiene dudas... Una izquierda que ahora mismo en Catalunya no se sitúa dentro del movimiento es que no es izquierda. Es pura estética de izquierdas. No llega ni a discurso. Y no puedes ser de izquierdas en Catalunya y no tener un discurso claro sobre esta cuestión de la relación con el Estado, sobre la cuestión territorial, nacional...".