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Inaugurado el primer campamento británico para hijos de ateos

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A los padres ateos, o simplemente agnósticos, del Reino Unido se les ha ofrecido este año por primera vez la posibilidad de enviar a sus hijos a un campamento de verano en el que está desterrada la religión, aunque sus plazas sean de momento limitadas.

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Sus promotores, entre los que figura Richard Dawkins, etólogo británico conocido sobre todo por sus libros de inspiración darwinista y sus polémicas contra la religión, como la titulada "La ilusión de Dios", afirman que se trata simplemente de ayudar a los niños a desarrollar sus mentes inquisitivas y críticas.

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Bautizado "Camp Quest", se anuncia como el primer campamento para "hijos de ateos, agnósticos, humanistas, pensadores y todos aquellos que tienen una cosmovisión naturalista y no creen en lo sobrenatural" y tiene plazas limitadas: de momento sólo ha admitido a veinticuatro menores de ambos sexos.

A los veinticuatro menores participantes se les enseña, entre otras cosas, la diferencia básica que existe entre astronomía y astrología.

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No hay en él oraciones ni servicios religiosos y las canciones que entonan los niños a la luz de la hoguera han sido cribadas de forma que no contengan ninguna referencia religiosa.

Es éste un verano inglés pasado por agua, pese a que los meteorólogos habían anunciado un estío tórrido, y el primer día no ha dejado de llover, pero, según explicó a la prensa la directora del campamento, Samantha Stein, aunque les gustaría que escampara, naturalmente no van a rezar a deidad alguna para que ello ocurra.

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Según Stein, hija de una luterana y un judío no practicantes y que está haciendo un curso de maestría en religión y sociedad contemporánea, en el prestigioso King's College londinense, el objetivo del campamento no es atacar a la Biblia, sino enseñar a los pequeños a pensar por sí mismos y a rechazar todo intento de adoctrinamiento.

Una de las tareas filosóficas encomendadas a las jóvenes mentes participantes es la de demostrar mediante argumentos puramente racionales que no existen unicornios como los que se les dice que merodean por los alrededores del campamento.

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"Les hemos dicho que aunque no se les ve ni se les oye, nosotros estamos convencidos de que existen (esos animales mitológicos), y hasta ahora ninguno de los niños ha podido demostrar su no existencia", explica Stein.

No hace falta ser muy imaginativo para deducir que el unicornio es en ese caso una metáfora de Dios -de la religión que sea-, aunque la responsable del campamento niega que sea así.

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Al mismo tiempo reconoce que la religión anima a las personas a creer en cosas cuya existencia no puede probarse.

El iniciador de esos campamentos es un estadounidense de 68 años llamado Edwin Kagin, que creó la organización "Camp Quest" al enterarse de que un campamento para 'boy scouts' había rechazado a un niño por declararse ateo.

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Actualmente hay seis campamentos de ese tipo en Estados Unidos, uno en Canadá y el que acaba de inaugurarse en la localidad inglesa de Bruton (suroeste de Inglaterra) con tal éxito que para el año que viene ya no quedan plazas.

Frente al campamento para ateos están los religiosos tradicionales como el centenar que administra la organización "Church Pastoral Aid Society" fundada en el siglo XIX.

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A uno de ellos, situado en el condado de Berkshire (sur), asisten niños de once a catorce años, de familias anglicanas o baptistas y profundamente comprometidos con la fe cristiana.

En esos campamentos los juegos, deportes y otras actividades formativas alternan con el estudio de la Biblia.

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Entre las cosas que discuten está la de cómo vivir en un mundo en el que triunfa el laicismo y que consideran cada vez más hostil a la religión.

La Iglesia anglicana ha acusado a Dawkins y a quienes piensan como él de contradicción al criticar por supuesto adoctrinamiento a los campamentos religiosos y tratar de montar otros que reproducen en cierto modo aquello que ataca.

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