Las huelgas son efectivas para cambiar políticas
Los expertos señalan que, en general, los paros generales en España han conseguido los resultados que perseguían
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Los engranajes de la huelga general han comenzado a girar. Los sindicatos están haciendo la puesta a punto de sus bases, para preparar lo que, para algunos, será un largo camino hasta la cita del 29 de septiembre. La convocatoria de la huelga ha suscitado una profunda controversia. Las motivaciones de la convocatoria, la elección de la fecha, el nivel de compromiso ciudadano... ¿Tiene sentido hacer hoy día una huelga general?
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Desde la política, la Universidad, la economía, la empresa o el mundo judicial, los expertos consultados por Público concluyen que las huelgas son instrumentos válidos y efectivos en la historia de España. Su uso selectivo (sólo ha habido seis huelgas generales en democracia, la séptima será la del 29-S), le ha permitido cosechar frutos importantes.
Al margen del impacto real, los paros hacen pensar a los gobiernos
El diputado de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares, uno de los principales defensores de la necesidad de convocar un paro como respuesta a la crisis, dice que éste es sin duda "el instrumento más importante de resistencia". En su opinión, las huelgas generales han provocado una "rectificación sustancial" o han rebajado las intenciones del Gobierno de turno. Esta efectividad se ha medido no sólo por la rectificación, total o parcial, de las reformas que desencadenaron las protestas. Según el catedrático de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Pompeu Fabra, Vicenç Navarro, después de cada huelga general, ha habido un repunte en el gasto social público en España.
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Sin embargo, el economista Juan Francisco Martín Seco, recuerda que pese a que la huelga es uno de los "mejores mecanismos" para canalizar el malestar, sólo son efectivas si los gobiernos tienen sensibilidad con los trabajadores. Para el rector de la Universidad Complutense de Madrid, y catedrático de Economía Aplicada, Carlos Berzosa, las huelgas tienen un efecto que a corto plazo "no parece muy evidente" pero que finalmente hace reflexionar.
Pese a que defiende su uso, Berzosa no está seguro de si éste es "el momento más adecuado para convocar una huelga" por la sensibilidad económica pero, sobre todo, por el riesgo de "instrumentalización" que corre la jornada de protesta. "Existe un peligro de que sea contra el Gobierno y habrá quien prefiera no hacer nada por temor a que favorezca a una alternativa de derecha", advierte Berzosa. Este temor está sobre la mesa de muchas organizaciones progresistas que dudan si sumarse a la convocatoria por el inconveniente de aupar una alternativa política que no es de su agrado.
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Los expertos no se ponen de acuerdo al valorar las pérdidas económicas
Pero al riesgo ideológico hay que sumarle el perjuicio material. Gerardo Díaz Ferrán, líder de CEOE, ha advertido de forma reiterada durante los últimos días que "el país no está para huelgas". El coste económico de paralizar la actividad económica es un lastre que muchos temen que agrave la situación actual. El presidente de Sagardoy Abogados, uno de los principales bufetes laboralistas de España, Íñigo Sagardoy, reconoce que la huelga es un "instrumento de fuerza" muy importante para los sindicatos que en momentos "determinados y bien escogidos" sí tienen una clara incidencia en las relaciones laborales y económicas de un país.
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Martín Seco relativiza este perjuicio ya que recuerda que es el propio trabajador el que costea la huelga renunciando a un día de salario y que al final, es como si hubiera habido un día más de fiesta. Sin embargo, elque fue secretario general de CEOE durante más de veinte años, Juan Jiménez Aguilar, sí apunta a un importante coste económico para el empresario. "No se puede decir que se neutraliza el efecto con la recuperación del salario. Entonces no habría valor añadido en la mano de obra", apunta, a la par que reconoce que el efecto es distinto según el sector económico.
Con todo, Jiménez Aguilar recuerda que la huelga es un derecho del trabajador recogido en la Constitución. Pero este ex líder de la patronal recuerda que la primera "fórmula para afrontar los problemas debe ser el diálogo, la concertación y el acuerdo".
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Precisamente, la falta de acuerdo ha sido uno de los elementos que han determinado la convocatoria actual. La pertinencia de la huelga es discutible para algunos. Martín Seco encuentra la convocatoria "muy justificada", porque no se creará empleo sino que se facilita el despido y también lo ve así Llamazares, que aboga por reivindicar una "salida social" de la crisis. Sagardoy cree que en estos momentos no existen "grandes elementos de conflictividad social o de reivindicación" que puedan augurar un éxito en la huelga general.
La fecha ha sido otro de los puntos más discutidos. Para Berzosa, la idea de hacer una convocatoria en toda Europa similar a las movilizaciones que recorrieron el No a la Guerra le puede hacer ganar en intensidad. Llamazares, por su parte, cree que es "una fecha como cualquier otra" y que para entonces habrá más razones para la huelga. Jiménez Aguilar cree que la convocatoria es "un poco adelantada" porque no se puede saber las condiciones económicas que tendrá España entonces. Martín Seco coincide en que queda un poco lejos pero entiende que una cita así no se "prepara en dos días".