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El Grupo Cantoblanco, del vicepresidente de la CEOE, presenta el concurso de acreedores

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El juzgado de lo Mercantil número uno de Madrid ha declarado en concurso voluntario de acreedores a la compañía Grupo Cantoblanco Catering Service, vinculada al vicepresidente de la CEOE y presidente de la CEIM, Arturo Fernández, tras constatar su estado de insolvencia.

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En concreto, según el auto, el deudor conservará las facultades de administración y de disposición de su patrimonio, pero sometidas a la intervención de la administración concursal. Arturo Fernández, que ha devuelto los 37.000 euros que gastó con su tarjeta opaca de de Caja Madrid, también debe las nóminas de tres meses a los empleados de este empresa.

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Los acreedores disponen ahora del plazo de un mes para poner en conocimiento de la administración concursal la existencia de sus créditos, a contar desde mañana jueves, un día después de la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

De la información y documentos remitidos en la solicitud de concurso, el juez ha constatado el estado de insolvencia actual de la compañía, que debe presentar un plan de liquidación que contenga una propuesta escrita vinculante de compra de la unidad productiva en funcionamiento o cese completo de actividad por parte del deudor sin contratos de trabajo en vigor.

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El pasado mes de junio, el Grupo Arturo Cantoblanco decidió acogerse al artículo 5 bis de la Ley Concursal, solicitando así el preconcurso de acreedores, e iniciar un proceso de reestructuración con el fin de "garantizar el futuro de su proyecto empresarial", según informó la compañía en ese momento.

El grupo subrayó que el objetivo de esta decisión es "salvaguardar los compromisos adquiridos con sus clientes y asegurar los puestos de trabajo de todos sus empleados, permitiendo a la sociedad continuar desarrollando su actividad con normalidad".

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A finales del año pasado, el presidente de CEIM y vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, primer accionista del grupo Cantoblanco, vendió el 51% de la sociedad a la firma Real Investment Holding y fichó como consejero delegado a Luis Sans, alto ejecutivo del Grupo Intereconomía.

Tras la operación, el también presidente de la patronal madrileña CEIM se mantenía como primer ejecutivo del grupo, con un 49% del capital y dos consejeros, mientras que su nuevo socio pasaba a ostentar el cargo de consejero delegado, en la persona de Luis Sans, y contaba con otros dos miembros en el consejo de administración.

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Se trataba de un acuerdo para todo el grupo, que regenta restaurantes y da servicios a hoteles, colegios y organismos públicos, con un capital humano que ronda los 3.800 profesionales en más de 180 establecimientos que ofrecen más de 50.000 comidas diarias.

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