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Grecia, el día siguiente del ajuste

El país quiere cambiar su modelo productivo y los ciudadanos se fijan en la economía española

BELÉN CARREÑO

Un turista llega al aeropuerto ateniense de Eleftherios Venizelos, que ha construido Hotchief, la empresa alemana cuya principal accionista es ACS. Alquila un coche, previsiblemente del grupo Volskwagen (puede incluso que un Seat Ibiza) con piezas manufacturadas en España y se dirige a su destino por una autopista gestionada por la concesionaria española Cintra.

Son datos que revelan que la falta de un tejido productivo es el gran reto al que se enfrenta la economía griega el día después de que su Parlamento decidiera apretarse un cinturón que algunos temen que pueda llegar a asfixiar la economía. Precisamente, la capacidad exportadora de bienes y servicios es una de las principales diferencias entre España y Grecia que los propios griegos perciben a simple vista. El primer nombre que les viene a la cabeza al preguntar por alguna empresa española es Zara, pero la mayoría de los ciudadanos son capaces de nombrar al menos una o dos marcas españolas. 'Lacasa', dice un joven profesor de instituto mientras se relame. 'Mango, me encanta', dice una abogada que trabaja en un banco. 'Hispanitas y Camper', recuerda una administrativa con debilidad por el calzado. ¿Qué marca griega se conoce en España?

Los turistas buscan destinos más baratos,como Turquía

Atenas vivía ayer una suerte de depresión posparto de la ley de ajuste con la que el Gobierno del Yorgos Papandreu espera ahorrar 30.000 millones de euros en tres años. Por encima del recorte de sus salarios y de las otras medidas de ajuste, los griegos se preguntan qué alternativas le quedan a un país hasta ahora movilizado casi en exclusiva por el consumo, que representa el 81% del PIB. 'Los españoles producen cosas, si no tienen demanda interna al menos pueden recurrir a otros mercados. Pero nosotros no hacemos nada, sólo exportamos productos agrícolas y hasta para eso hay limitaciones', se lamenta Vanesa, una joven funcionaria.

La más que previsible caída del consumo interno (sólo para este año los expertos vaticinan una contracción del 4% en la economía griega), provocará inevitablemente un aumento del desempleo. 'Sabemos que en España el paro está en el 20% pero tienen una buena prestación por desempleo. Aquí sólo dura seis meses y vamos a comenzar las medidas de ajuste con un 10% de la población sin trabajo. En un año, la situación será dramática', teme Pandora, también trabajadora del sector público.

La caída del consumo se agrava por la falta de exportaciones

El desafío es encontrar un nicho de la economía donde especializarse para ser competitivos. El turismo es una de las principales industrias del país, aportando casi un 14% del PIB, pero los elevados precios y la limitada oferta hotelera en los principales puntos de interés (las islas) están desviando los visitantes hacia Turquía. 'España es mucho más barata que Grecia', se asombra hasta la propia secretaria de relaciones internacionales del Pasok (el partido en el Gobierno), Paulina Lampsa.

Los sindicatos piden al Gobierno que cambie el modelo productivo con un giro hacia las energías renovables y la alta tecnología. Pero también ahí se llega tarde. Las principales empresas alemanas y españolas (Iberdrola, Gamesa...) ya han tomado posiciones en el país. '¿Habrá otro más pobre y triste que yo?', se preguntaba el sabio de Calderón de la Barca. La misma sorpresa que el sabio se puede llevar España si mira a sus vecinos mediterráneos.

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