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Granada se vuelca con la integración

La ciudad alberga un plan piloto para favorecer la cohesión

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Raúl Aibar es granadino. Abdel, marroquí. Salomé Medina vivió 30 años en Alemania y volvió a su Granada natal en 2007. Los tres tienen en común que son desempleados, que residen en el Distrito Norte de la ciudad y que son alumnos de uno de los itinerarios formativos que desde abril oferta Cruz Roja. El curso, de 100 horas de clase teórico-práctica, los capacita para conducir ambulancias. El encargado de impartirlo, Jesús Baena, explicó a Público que "los demandantes suelen ser hombres, algunos con estudios de Primaria o Bachillerato y otros sin formación, con edades comprendidas entre los 20 y los 50 años y, en casi un 50%, inmigrantes".

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Para Baena, "lo mejor de la actividad es ver a gitanos trabajando con senegaleses y peruanos. Se organizan muy bien, pues desde el primer día les explicamos que la sanidad requiere mucha coordinación y disciplina". Los alumnos coinciden en esto. "El trato con los compañeros es muy bueno y enriquecedor", apuntó Abdel en el descanso.

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Después de un café y un cigarro, el aula se llena y los alumnos no pierden detalle. Y es que, todo el que supere el curso con éxito recibe una subvención para obtener el BTP o permiso de conducción de transportes públicos y emergencias.

Más de 20 actividades

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Con un presupuesto de 800.000 euros, el programa Redes para la Solidaridad, se enmarca en el Plan Piloto de Actuación Integral de zonas sensibles impulsado por Gobierno central y Junta de Andalucía para favorecer la cohesión social entre la población extranjera y la autóctona de barrios sensibles con presencia significativa de población inmigrante. Lo componen cinco proyectos - integración comunitaria, intervención socioeducativa, formación, integración sociolaboral y sensibilización - y más de una veintena de actividades, como talleres de apoyo lingüístico e intergeneracionales, escuelas de verano, excursiones, encuentros gastronómicos interculturales, prospección en empresas o cursos de danza, música, medio ambiente, perspectiva de género e instalación de placas solares. En Granada, la iniciativa arrancó hace un mes en el Distrito Norte de la ciudad, donde residen 35.000 personas, el 20% de ellas inmigrantes y con alto riesgo de exclusión social.

Carlos Marín, uno de los 6 referentes que dirigen el programa, detalló que "es crucial la ayuda de asociaciones del barrio, voluntarios-que ya superan los 50- y personal técnico (educadores de calle, mediadores interculturales, psicólogos, sociólogos y psicopedagogos), pues es una zona con mucho paro, poca participación, absentismo escolar, economía sumergida y enfermedades como el VIH o la tuberculosis".

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Este ambicioso proyecto estará a prueba hasta final de año. Si el balance es positivo, se extrapolará a otras provincias españolas.

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