El miembro del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo José Manuel González Páramo consideró hoy que el riesgo de deflación en la zona del euro "no está en el radar del BCE" y es "muy alejado".

En su intervención en unas jornadas sobre política financiera de la UE celebradas en Madrid, González Páramo también subrayó la necesidad "imperativa" de acercar las regulaciones financieras en el mundo.

El miembro del Comité Ejecutivo del BCE insistió además en la necesidad de que se intensifiquen los "flujos de información" entre las autoridades monetarias y los supervisores nacionales, y entre éstos y los gobiernos.

"Todavía -recordó- no existe un nivel razonable de armonización en la normativa que regula el comportamiento de los distintos bancos centrales, ni tampoco en prácticas de supervisión, ni hay posibilidades de mediación entre disputas de autoridades monetarias y supervisiones nacionales".

Problemas que, recordó, el Foro de Estabilidad Financiera y el G20 deben tener como prioridad a la hora de estudiar los cambios del sistema financiero mundial.

José Manuel González Páramo advirtió de que ésta es la "más global de las crisis a la que se ha enfrentado la historia", y dejará "muchas lecciones" de cara al futuro.

Desde el punto de vista del BCE, señaló, hay lecciones como la de ver la política monetaria como "parte de la solución y no como parte del problema" y distinguirla de la gestión de la liquidez.

Señaló además que, en el caso de la zona euro, la política monetaria del BCE es "uno de los elementos que ha producido más confianza en el entorno actual".

Recordó que cada banco central debe responder a un mandato y al objetivo de frenar los shocks que más puedan amenazar el territorio sobre el que regula.

En el caso del BCE, dijo, el mandato es claro: la estabilidad de precios a medio plazo, un objetivo que por ahora se puede mantener y ante el que no existe el riesgo de deflación -bajada generalizada de precios- en la zona del euro, señaló.

Entre otras de las lecciones que ha traído esta crisis, señaló la de la necesaria cooperación entre las autoridades monetarias y la necesidad de que haya cambios en la gobernanza de las entidades financieras.

González Páramo reconoció que, "en general", la coordinación de las política monetarias de los bancos centrales "no está justificada", aunque sí cuando se produce un "shock global", como así ocurrió.