El Gobierno tenía preparado el rescate de CCM en enero
El Banco de España dio el primer toque de atención a la Caja hace seis años
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Cuando ni siquiera se atisbaban la crisis financiera ni la económica, el Banco de España ya dio un toque de atención a Caja Castilla La Mancha (CCM). Apenas había comenzado 2003 y el organismo supervisor le conminó, como a otras cajas, a reducir su elevada exposición a los riesgos con promotores inmobiliarios.
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Cinco años después, volvió con la misma receta porque sus consejos habían caído en saco roto. Pero ya poco se podía hacer, porque se había convertido en una entidad "especialmente vulnerable" y una de las pocas salidas que le quedaban era fusionarse con otra caja. La causa: "La inadecuada gestión de riesgos y la potente expansión del negocio especialmente en el sector inmobiliario que se financió con importantes desequilibrios" y acompañó de escasas medidas de control y de relajación de los estándares crediticios, según el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
Después de una inspección a fondo, el Banco de España le comunicó oficialmente en octubre que debía buscar una fusión, cambiar sus políticas de riesgos, aplicar medidas urgentes contra la morosidad y aumentar los saneamientos. E inició una segunda inspección. Está a punto concluirla y provocará una reformulación de las cuentas de CCM de 2008, que acabarán en grandes pérdidas. Pero el organismo no terminó de fiarse de que pudiera llegarse a la solución óptima de la fusión por las continuas y dañinas disputas políticas y preparó con el Gobierno hace tres meses el Real Decreto del plan de rescate que se vio obligado a aprobar de urgencia el pasado fin de semana. Es lo que Fernández Ordóñez definió como "trabajar para lo mejor y prepararse para lo peor", que es lo que anuncia que seguirá haciendo.
El gobernador hubiera preferido seguir intentando una tercera, cuarta o quinta fusión pero ahora sólo le queda sanear la entidad e intentar fusionarla con otra. Y como no hay mal que por bien no venga, confía en hacerlo a un precio inferior al que estaba exigiendo Unicaja. Su objetivo es que sea lo más barato posible para el contribuyente. No descarta totalmente la liquidación, aunque no lo cree probable y tampoco deseable (porque sería carísimo).
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Para no tener que repetir una decisión como la de CCM, Fernández Ordóñez pidió más cautela a los políticos a la hora de comentar los problemas de las cajas en los bancos no hay representación pública y los asuntos no se airean y también reclamó al Gobierno que cambie la ley para que las cajas puedan captar capital con más facilidad, por ejemplo, con cuotas participativas.