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El Gobierno demanda calma a Catalunya y exhibe apoyo al TC

Zapatero confía en el "buen criterio" del Constitucional sobre el fallo del Estatut

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El lunes fue el día de los partidos catalanes. Todos excepto el PP salieron, con José Montilla al frente, a defender el Estatut. Con más o menos dureza, cuestionaron la legitimidad y capacidad del Tribunal Constitucional (TC) para juzgar lo que los catalanes votaron en referéndum. Quienes ayer tomaron la palabra, también en batería, fueron los representantes del Gobierno central y del PSOE. Enviaron un mensaje doble. Pidieron "calma" a la sociedad y a los partidos catalanes, que no salen del pesimismo ante una sentencia que, según la Generalitat, no es inminente. Y buscaron atemperar ánimos en el Alto Tribunal. Por eso trasladaron su apoyo a los magistrados, quizás para compensar los puyazos del PSC y el Govern.

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Desde El Cairo, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, abordó el asunto. El Govern espera que, entre bambalinas, se implique más en defender un Estatut que avaló. En público, Zapatero pidió "calma" hasta conocer el contenido y alcance del fallo. En la Moncloa esperan que el recorte, si lo hay, sea "asumible" para Catalunya y que, a partir de ahí y según Zapatero, "las cosas discurran razonablemente".

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El presidente afirmó que el TC debe trabajar "con sosiego" y, acto seguido, se refirió a las filtraciones y globos sonda. "Hacerles caso es mal método de trabajo", insistió en un intento de rebajar la tensión.

Zapatero recordó que tanto la tramitación del Estatut como la negociación de la financiación estuvieron envueltos en grandes tensiones por la parte catalana, pero que al final todo se resolvió "de manera satisfactoria" y con "un amplio autogobierno" para el bastión electoral socialista. "Tengo confianza en el buen criterio del Constitucional", declaró, marcando así distancias con los recelos de Montilla.

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Jordi Pujol duda de que el "rédito" del Estatut compense el "desgaste" catalán

En la Ejecutiva que el PSOE celebró el lunes 16, Zapatero avisó al PSC de que no había alternativa al acatamiento total de la sentencia. Y se refirió al TC, cuyos 12 miembros fueron promovidos por el PSOE, el PP y el Gobierno, como "el corazón de la democracia".

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El tono de Zapatero desató la tensión de los últimos días, azuzada por la petición de "dimisión en bloque" de los jueces TC del número tres del Govern Joan Saura el viernes y por filtraciones posteriores dando por seguro un recorte severo. La cúpula del PSOE se mostraba ayer, según Efe, "comprensiva" con Montilla, que afirmó que su voluntad de desplegar el texto es "insobornable", diga lo que diga el TC, y advirtió de las consecuencias del recorte.

El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, pidió "tranquilidad" para que el TC trabaje, informa Luis Calvo.

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Recordó que su partido siempre ha defendido que el Estatut es "plenamente constitucional" y que fue el PP el que lo recurrió.

El vicepresidente tercero y responsable de la política territorial, Manuel Chaves, reclamó "dejar trabajar" a un TC que es "la cúpula del Estado de Derecho". La situación del Alto Tribunal, con varios magistrados en funciones tras concluir su mandato y sin que PSOE y PP hayan pactado relevos, no quita para el Gobierno valor a la sentencia. Así lo expuso el número dos de Política Territorial, Gaspar Zarrías, al afirmar que no resta "operatividad" y que la resolución no se "ajusta a derecho".

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Montilla no hace público su plan por si hay recorte pero buscará la unidad

El ministro de Justicia, Francisco Caamaño, en quien el Govern deposita mucha confianza, también se contó entre los que reclamaron "tranquilidad" para el TC.

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Catalunya no replegó la artillería. La consellera de Justícia, Montserrat Tura, alertó contra "lecturas restrictivas" y aseguró que si hay recorte, no se resignarán. Confirmó que Montilla convocará a los líderes y articulará una respuesta, pero no adelantó más puesto que sería admitir que el Estatut es inconstitucional. El vicepresident Josep Lluís Carod-Rovira insistió en que sólo queda "preguntarse qué aporta España a Catalunya", más si recorta un Estatut "de mínimos", informa Daniel Basteiro. ERC e ICV seguían cargando contra el "descrédito" y la "grosera politización" del TC.

Melancólico pero también con más perspectiva, el ex president Jordi Pujol optó por cuestionarse abiertamente si los "réditos" que Catalunya saca de su Estatut compensan "el desgaste" que en todos los ámbitos le reporta.

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El catalanismo recibió apoyo explícito del escritor Javier Cercas que, en un acto en la fundación de Pujol, afirmó que el TC debería "inhibirse" y avisó de la "desastrosa colisión ley-democracia" entre el TC y un texto votado en referéndum.

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