El general Félix Sanz Roldán, jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), afirma en una entrevista con Efe, que cuando recibe en su despacho la noticia de la muerte de un compañero es un momento "muy duro" y algo a lo que "nunca te acostumbras".

"Es algo a lo que nunca te acostumbras y desgraciadamente las muertes aquí no vienen de una en una, sino de siete en siete o de tres en tres o, como el caso terrible del Yak, 62", dice con pesar.

Es un momento "excepcionalmente duro" cada vez que "te encuentras a la madre o la novia de un joven paracaidista que ha muerto en Afganistán y decirle: yo mande a tu hijo allí y ahora no te lo devuelvo".

"Eso es algo muy difícil -recalca- y sólo cuando estás convencido de la responsabilidad que tienes que ejercer, tienes que olvidarte un poco del dolor, poner la espalda y tomar las decisiones que tengas que tomar en cada caso".

De todos los recuerdos que se llevará de sus años al frente de la Jefatura de Estado Mayor, el general Sanz tiene claro que el que más perdurará en su memoria será el de los compañeros desaparecidos.

"Mis compañeros que han muerto en mi tiempo que he sido jefe del Estado Mayor de la Defensa va a ser al final de los días el recuerdo que más tiempo va a perdurar en mi memoria", dice con solemnidad.

El general Sanz rendirá hoy homenaje en la Base "Cid Campeador" de Burgos a la memoria a los militares fallecidos el 26 de mayo de 2003 cuando el avión Yakolev-42 en el que volvían de una misión en Afganistán se estrelló en la localidad turca de Trebisonda.