Gamoneda publica las memorias de su infancia en "Un armario lleno de sombra"
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"Las manos de mi madre eran grandes...y yo me acostumbré a sentir reunidos el olor a lejía y la ternura". Así describe Antonio Gamoneda algunos de sus recuerdos plasmados en "Un armario lleno de sombra", el libro de memorias de la infancia del poeta, que comienzan con el estallido de la guerra civil.
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Un libro de "una intensidad absoluta y de una belleza deslumbrante", que es "un suceso literario de primera magnitud", en palabras del escritor leonés Luis Mateo Díez, que hoy acompañó al poeta y premio Cervantes en la presentación del libro", editado Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.
"Un armario lleno de sombra", primer libro de narrativa del poeta, nació dos o tres años después de que hubiera muerto su madre, y tras un suceso cotidiano: el hecho de abrir el armario de la madre del escritor, que había permanecido cerrado y que contenía todas sus cosas.
De esa sensación física que tuvo el poeta al meter, por primera vez, la cabeza dentro del armario -"sentí el olor de mi madre viva", escribe-; del olor a limpio o del perfume del jabón en la ropa, nace este libro, que sitúa a Gamoneda en otro tiempo, según él mismo explicó.
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El resultado es este bello volumen, cargado de sinceridad y de belleza y crudeza a partes iguales, por donde pasa una España pobre, envilecida por el inicio de la guerra y de la posguerra, y que concluye un día antes de que el poeta asturleonés cumpla los 14 años, cuando entra como recadero y meritorio en el Banco Mercantil, hoy Banesto.
Catorce años de vida del autor de "El libro del frío" resumidos a través de sensaciones, olores, experiencias y recuerdos y que contienen alusiones a poemas y términos que se repiten en la poesía de Gamoneda como nieve, sangre, lluvia, óxido y, por supuesto, la muerte.
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Una sensación de muerte que pasa por las páginas del libro, la muerte de su padre, de su madre, de un caballo o de un burro, o con una descripción de cuando en los primeros días de mayo de 1945 Gamoneda viaja solo a Oviedo para recoger los restos de su padre, que iban a ser trasladados a una fosa común tras haber permanecido en una sepultura desde 1932.
Pero, además, Gamoneda en este viaje tenía como objetivo rescatar la dentadura de su padre, que tenía abundantes piezas de oro. El poeta describe de forma estremecedora cómo va obteniendo estas piezas de entre los restos de huesos mezclados con gusanos.
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Este libro cuenta también la infancia de "un pequeño canalla", en palabras del poeta, un adolescente que también descubre la vida, la lectura, (Gamoneda aprendió a leer con el único libro que había en su casa, el poemario que escribió su padre, "un poeta menor", y, sobre todo, forjado en "la cultura del hambre".
Todo ello en medio de escenas también de muerte por la "represión espeluznante" en el barrio obrero de León, donde vivía con su madre.
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"En este libro no hay juicios. Hay personas que tienen conductas pero yo no las juzgo. He incorporado algunos sueños y sensaciones de medio sueño, de ese estado intermedio, y también hay eso que los psicoanalistas llaman asociación libre, que una evocación te lleva a otra, pero sobre todo hay verdad y realidad, no hay verismo ni realismo", concluyó el poeta.