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La gallinita ciega

El ajuste a la baja de los costes laborales en España entra en la recta final

ERNESTO EKAIZER

El juego de la gallinita ciega del Gobierno con los mercados llega al nervio más sensible: la reforma del mercado laboral. O, en román paladino, la reducción del coste de la mano de obra en España.

Aquello que ahora es imposible conseguir mediante la devaluación de la moneda, por estar en el euro, el Gobierno quiere lograrlo a través de la reducción de los salarios y demás costes laborales. La mesa tripartita entre sindicatos, patronal y Gobierno, que dio comienzo el pasado sábado, día 29 de mayo, continuará hoy mismo, lunes 31, y proseguirá hasta el eventual fracaso del Diálogo Social. En esas circunstancias, el calendario del Gobierno aprobará una reforma por decreto en la reunión de su consejo de ministros del viernes 11 de junio, seis días antes del Consejo Europeo del 17 de junio, el acto final de la Presidencia española de la Unión Europea.

Parece que el Ejecutivo busca ya 'la reforma que sea' pero en plazo

¿Qué reforma? Sindicatos y patronal no creen que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, tenga claro qué reforma debería aprobar el Gobierno. Con la reforma laboral pasa un poco lo mismo que con el Estatut de Catalunya. La presidenta del Tribunal Constitucional, María Emilia Casas, está empeñada en lograr 'la reforma que sea', pero una reforma al fin durante el mes de junio, orientada a salvar la cara.

El Gobierno ha sido persuadido por la idea de que el idioma de los mercados gira en torno a tres conceptos: congelar los sueldos de los funcionarios, recortar las pensiones y reformar el mercado laboral. Y si es así, ¿por qué una de las tres grandes agencias de calificación, Fitch ha rebajado la calificación de la deuda española, dejándola en AA+, el pasado viernes 28, nada más aprobarse el plan de ajuste? ¿Quizá por qué los recortes sean poco ambiciosos? Nada de eso. Precisamente, Fitch destaca 'la fortaleza del plan de ajuste fiscal de España en términos relativos con los planes de austeridad que han sido adoptados por otros gobiernos europeos'.

Fitch se cree el plan de ajuste pero prevé que estancará la economía

El problema es otro: el debilitamiento de la incipiente recuperación que va a representar el ajuste fiscal aprobado. Fitch no ha necesitado esperar a la reforma laboral del Gobierno. Su informe, precisamente, analiza ampliamente la diferencia entre la crisis española, generada autóctonamente, y la crisis europea e internacional: la deuda de familias, empresas y entidades financieras.

Si la salida de la crisis ya iba a ser diferente, con varios años adicionales de estancamiento, el escenario de bajo crecimiento, que la agencia ahora confirma, 'dañará las finanzas públicas' en mayor medida, dice, de lo que prevé el Gobierno. '¡Es el crecimiento, estúpido!', viene a subrayar Fitch. Después de que Standard & Poor's rebajara a AA y que Fitch la dejara en AA+, habrá que ver si la tercera, Moody's (actualmente AAA) baja su dedo índice o mantiene la calificación, como le pide el Gobierno.

Los sindicatos han visto confirmados en el informe de Fitch sus temores relativos al golpe que supondrá el ajuste fiscal para una recuperación anémica. Mañana martes, día 1 de junio, se conocerá el dato de paro registrado del mes de mayo. Será, según fuentes oficiales, una buena cifra que habrá de seguir a la caída del desempleo lograda en abril. Ya en mayo de 2009, el paro cayó, por efecto del plan de estímulo, en 25.000 personas. Pero los sindicatos saben que las nuevas bajadas, entre abril y previsiblemente julio, obedecen a factores estacionales.

El Gobierno busca en el mercado laboral el efecto de una devaluación

Zapatero, en cambio, espera acudir al debate del estado de la nación, a mediados de julio próximo, con cuatro meses sucesivos de reducción del desempleo. El fracaso bilateral (sindicatos y empresarios) de la reforma laboral resultó evidente el pasado miércoles. 'Gerardo Díaz Ferrán estaba descentrado', dijo un dirigente sindical.

El economista británico Keynes escribió al presidente Roosevelt en diciembre de 1933 tras aprobarse en EEUU la ley de Recuperación Industrial Nacional que ella se ha presentado 'con el falso pretexto de que forma parte de la técnica de la recuperación'. Y añadió: 'No detecto en ella nada relevante que contribuya a la recuperación'.

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