El G8 se compromete a luchar con todos los instrumentos contra el hambre
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La cumbre del G8 sobre la Agricultura terminó hoy en la localidad de Cison di Valmarino, al noreste de Italia, con un llamamiento a "utilizar todos los instrumentos" posibles para luchar contra "la pobreza y el hambre".
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Los representantes de EEUU, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Canadá, Rusia e Italia acordaron, con otros ocho países invitados -China, India, Brasil, México, Suráfrica, Argentina, Australia y Egipto-, aumentar las inversiones en agricultura y evitar aquellas medidas susceptibles de distorsionar los mercados.
El documento final de la cumbre -preparatoria para la que se celebrará en julio en la isla de La Maddalena, en Cerdeña- termina subrayando la "determinación de derrotar al hambre y garantizar a las generaciones presentes y futuras el acceso a alimentos saludables, suficientes y nutritivos".
Las referencias a los países en desarrollo, la seguridad alimentaria y la lucha contra el hambre son muy numerosas, de lo se felicitó el ministro italiano de Agricultura, Luca Zaia, que presidió el encuentro.
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Según Zaia, durante la reunión de tres días se ha reafirmado "la importancia del papel de la agricultura", que puede tener "impactos significativos en otras políticas, especialmente la sanitaria".
Los miembros del G8 y sus invitados estuvieron de acuerdo en que el libre mercado es también positivo para los mercados agrícolas, por lo que subrayaron su empeño por lograr una conclusión "equilibrada, global y ambiciosa" de la ronda de Doha, en la que se negocia una mayor liberalización del comercio mundial.
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En su intervención ante la prensa, Zaia subrayó la importancia de esta posición de apertura del mercado agrícola, "aunque con ciertas reglas y sin competencia desleal".
Los países reunidos en Italia se mostraron de acuerdo en que es necesario "concentrar la atención de todas las estrategias para reducir la pobreza, aumentar la producción mundial y para conseguir la seguridad alimentaria".
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Pactaron tomar medidas para mejorar "la higiene, la salubridad y el poder nutritivo" de los alimentos en los países en vías de desarrollo y para "reducir los residuos" en los países industrializados.
Asimismo, apuntaron que, especialmente en los países en desarrollo, se debe incrementar la coherencia entre las políticas agrícolas y otras políticas como las de desarrollo, salud, economía, financiera, comercial o trabajo.
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Durante la reunión terminada hoy también hubo tiempo para valorar la influencia del cambio climático en las políticas agrícolas y el documento final asegura que es esencial "afrontar el impacto" de este fenómeno con "la gestión sostenible del agua, de los bosques y de los recursos naturales".
Los países reunidos se refirieron asimismo a las consecuencias de las políticas agrícolas en el ámbito social y se mostraron favorables a que el crecimiento económico refuerce "el papel de la familia agrícola", facilite "su acceso a la tierra" y garantice "la igualdad de género" y "el recambio generacional".
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El G8 aseguró que "la producción de energías renovables de biomasa" debe ser "aumentada en modo sostenible", con una "fuerte atención" al desarrollo y la comercialización de bio-carburantes de segunda generación.
Finalmente, los países se mostraron de acuerdo en la redacción del documento final en una reforma del sistema internacional de seguridad alimentaria, lo que incluye a la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
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El documento final apunta la necesidad de "aumentar la importancia de la FAO y la eficacia de su actividad", algo "muy importante a la luz de los desafíos" en la lucha contra la seguridad alimentaria.