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El G-7 presiona por un yuan más fuerte; no abre nuevos caminos

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El Grupo de las Siete naciones ricas (G-7) instó el sábado a China a fortalecer el yuan, pero no dio indicios de cómo podría superar la resistencia china a esa sugerencia o resolver otras tensiones sobre los tipos de cambio mundiales.

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Ministros de Finanzas y jefes de bancos centrales del G-7, dijeron en un comunicado tras reunirse en Estambul, que Pekín debe elevar su estrechamente controlada moneda para ayudar a corregir desequilibrios en el comercio mundial, que ha sido responsabilizado por impulsar la crisis financiera.

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"Damos la bienvenida al continuado compromiso de China para moverse a una tasa de cambio más flexible, que llevaría a la continuada apreciación del renminbi en términos efectivos y ayudaría a promover un crecimiento más equilibrado en China y en la economía mundial", dijo el G-7.

Pero China, aunque insiste en que intenta eventualmente liberar al yuan, ha mantenido la moneda esencialmente plana frente al dólar desde que comenzó a empeorar la crisis financiera mundial en julio del 2008.

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La retórica sobre monedas en un comunicado final emitido por los ministros de Finanzas y jefes de bancos centrales del G-7 tras su encuentro en Estambul fue casi idéntica a la de una declaración divulgada tras su último encuentro, seis meses atrás.

China no mostró signos el sábado de prestar atención a la presión del G-7.

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"Nuestra política de tipo de cambio está muy clara", dijo Yi Gang, vicegobernador del banco central, presente en Estambul para los encuentros del Fondo Monetario Internacional, en entrevista con Reuters. "Mantendremos nuestra postura política", agregó.

El G-7 no dio muestras de abrir nuevos caminos para resolver las tensiones entre sus miembros sobre la debilidad del dólar, que se ha depreciado cerca del 12 por ciento frente a una cesta comercial ponderada desde marzo.

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Francia y Canadá han expresado preocupación en semanas recientes de que un débil dólar pudiese dañar sus exportaciones.

Pero la declaración del G-7 del sábado no ofreció algo nuevo para aliviar la preocupación por la debilidad del dólar, repitiendo simplemente el lenguaje usado seis meses atrás, que mucha volatilidad de las tasas cambiarias tendían a amenazar la estabilidad económica.

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El G-7 está compuesto por Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Italia y Canadá.

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La dificultad del G-7 en el manejo de los asuntos de monedas subrayó el declinante poder del grupo, que dominó la generación de políticas globales durante décadas.

El G-7 se ha visto eclipsado durante la crisis del crédito por el Grupo de los 20, que incluye a potencias en desarrollo como China e India. Se espera que los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G-7, reunidos en Estambul, intenten hacerse a la idea de ese cambio.

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"El G-7 no está muerto, pero está perdiendo relevancia", dijo el sábado director del FMI, Dominique Strauss-Kahn, a la revista Emerging Markets. "Está camino a su extinción", agregó.

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