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El G-20 acuerda un plan de un billón de dólares contra la crisis

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Por David Ljunggren y Lesley Wroughton

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Los dirigentes del G-20 acordaron el jueves un plan de un billón de dólares para combatir la mayor crisis económica desde la Gran Depresión y endurecer las normas para que eso no pase de nuevo.

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, restó importancia a las diferencias en la cumbre celebrada en Londres, y la calificó de "punto de inflexión" para la economía mundial, incluso aunque no obtuvo promesas de más gasto público para combatir la profundización de la recesión.

Además, el presidente francés Nicolás Sarkozy celebró el principio del fin del modelo anglosajón de un capitalismo poco regulado, que muchos culpan de los excesos que han detonado la crisis.

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"Hemos acordado una serie de pasos sin precedentes para restaurar el crecimiento y evitar que una crisis como esta se produzca de nuevo", dijo Obama en una rueda de prensa.

"También hemos rechazado el proteccionismo que podría profundizar la crisis".

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Las 20 economías más desarrolladas y las emergentes acordaron una serie de medidas en asuntos políticamente sensibles como crear listas negras de paraísos fiscales y endurecer las normas financieras para aumentar la supervisión sobre los fondos de inversión y las agencias de calificación crediticia.

"Este es el día en el que el mundo se unió para combatir la recesión global. No con palabras, sino con un plan para la recuperación global y para la reforma, y con un calendario claro", dijo el primer ministro británico y anfitrión, Gordon Brown, en la rueda de prensa posterior a la cumbre.

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Brown admitió que "no hay soluciones rápidas", pero que las decisiones suponen que "podemos acortar la recesión y podemos salvar empleos". El comunicado final afirmó que las decisiones tomadas aumentarán la producción mundial en un cuatro por ciento a finales del próximo año.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo que los resultados estaban por encima de lo que se podría haber imaginado.

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El ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrück, saludó el hecho de que no se haya aprobado la obligación de que los países adopten más planes de estímulo. Este asunto había creado tensión antes de la cumbre, ya que Washington prefería estos planes, mientras que París y Berlín se decantaban por dejar que las medidas tomadas ya surtieran efecto.

Los mercados globales reaccionaron positivamente ante los anuncios, con subidas generalizadas, pero los economistas advirtieron contra la euforia.

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Cumpliendo con una demanda clave de Francia y Alemania, Brown dijo que han acordado que "habrá un final a los paraísos fiscales que no trasfieren la información requerida. El secreto bancario del pasado debe llegar a su fin".

"Desde Bretton Woods, el mundo ha estado viviendo con un modelo financiero, el modelo anglosajón, no es mi papel criticarlo, tiene sus ventajas. Claramente, hoy, se ha pasado página", señaló Sarkozy, refiriéndose a la conferencia de 1944 que creó el orden económico mundial actual.

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MÁS FONDOS PARA EL FMI

El G-20 acordó aportaciones adicionales de un billón de dólares (760.000 millones de euros) a la economía mundial a través de fondos extra para entidades como el Fondo Monetario Internacional (FMI).

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de ellos 40.000 millones vendrán de China -, más 250.00 millones en Derechos Especiales de Giro del FMI y otros 250.000 millones de dólares para financiar el comercio.

El G-20 pidió al FMI que adelante las ventas de sus reservas de oro para aumentar los fondos con los que ayudar a los países más pobres, señaló Brown. Además acordó un plan de financiación al comercio de 250.000 millones de dólares en los próximos dos años para apoyar los flujos comerciales, que se han hundido por la restricción del crédito.

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La próxima reunión ya tiene fecha. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dijo que el G20 mantendrá una tercera cumbre sobre la crisis financiera para finales de otoño en Japón tras la de Londres y la primera en Washington en noviembre.

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