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Fuentes convierte a Erasmo de Rotterdam en "el autor ausente" del Quijote

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El escritor Carlos Fuentes rastreó hoy la ascendencia y descendencia del Quijote, en una lección magistral en la que afirmó que Erasmo de Rotterdam "es el autor ausente del Quijote y, sin embargo, el más presente", porque comparte con Cervantes la convicción de que "la locura es loable".

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Fuentes es uno de los grandes escritores en lengua española, y por eso fue elegido hoy para pronunciar la conferencia inaugural del curso de la Universidad de Alcalá de Henares, justo el año en que esta institución cumple cinco siglos de existencia.

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La Universidad ha querido celebrarlo a lo grande y, antes de la inauguración oficial, unos 200 profesores, ataviados con el traje académico de su Facultad, participaron en un acto en la Catedral Magistral de Alcalá y desde allí recorrieron la calle principal de la ciudad, en una procesión muy similar a la que debió tener lugar hace 500 años.

Del escritor mexicano siempre se esperan lecciones magistrales, y hoy no defraudó a cuantos abarrotaban el Paraninfo renacentista de la Universidad, el mismo lugar en el que Fuentes recibió hace 21 años el Premio Cervantes.

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Y una Universidad en la que también estuvieron Antonio de Nebrija, Ignacio de Loyola, Lope de Vega y Quevedo. "Al menos, en esto unidos", dijo el novelista, quien recordó en sus palabras al primer rector de Alcalá, Pedro de Lerma, "amigo personal" de Erasmo y condenado por la Inquisición por predicar el erasmismo.

Lerma se exilió de España, y su exilio, "simbólicamente, era ya el exilio de Erasmo, el autor ausente del Quijote. Y, sin embargo, es el más presente por la triple temática que comparten 'El elogio de la locura' y El Quijote: la verdad es doble, las apariencias engañan y la locura es loable", afirmó Fuentes.

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"La locura de Erasmo se sitúa en el corazón mismo de la fe y en el corazón mismo de la razón. Ambas se vuelven relativas y el ser humano deja de estar sujeto a la fe, pero no se convertirá en esclavo de la razón. Se convertirá en Don Quijote de la Mancha", señaló el autor de "La voluntad y la fortuna", la última novela de Fuentes.

Escuchado con atención por el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, y por numerosas autoridades académicas, Fuentes citó al historiador británico John Elliot, que ha ubicado a Cervantes en "el parteaguas de dos épocas españolas, entre el triunfo y la decadencia del Imperio, entre el heroísmo y el desengaño, el optimismo y el pesimismo, el entusiasmo y la ironía, la carne y el espíritu, la realidad y el sueño".

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Como Elliot dice que "la Castilla de Cervantes se parecía a la Inglaterra de Shakespeare en la habilidad de sus escritos", Fuentes proyectó esa afirmación sobre la época actual y dijo que, superadas ya esas divisiones "innecesarias" entre "literatura comprometida y arte por el arte, entre nacionalismo y cosmopolitismo, sentimos, pensamos y escribimos a partir de las facetas cruciales de la literatura, que son la imaginación y la palabra, concediéndole a cada escritor el derecho de escoger en asuntos políticos".

Y al hablar de los descendientes de Cervantes, el autor de "La muerte de Artemio Cruz" se detuvo en Laurence Sterne y en Denis Diderot.

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El primero, autor de "Tristam Shandy", prosigue "la errancia del Quijote atribuyéndosela a la lengua, lengua errante, lengua errada, que se despliega como lengua polivalente", decía el escritor mexicano.

Diderot es, a juicio de Fuentes, "otro manchego ilustrado. Su obra "Jacques el fatalista", de 1756, es, como el Quijote, "la narración de un desplazamiento, esta vez por los caminos de Francia".

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Fuentes recordó que, según Diderot, el autor "podría volver loco al lector", si tardara años y años en contar su historia. Pero el autor sabe que no puede separarse del lector, que es "un hombre apasionado, curioso, indiscreto, un hombre que se hace preguntas".

"El lector se convierte en coautor del libro. Sin él, el escritor le hablaría a la nada; sin el lector el autor se volvería loco", aseguró Carlos Fuentes.

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