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Fría mención a la unión mediterránea propuesta por Sarkozy

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El proyecto del presidente francés Nicolas Sarkozy de crear una "unión mediterránea" fue acogido con varias puntualizaciones y algunas muestras de interés en la conferencia euromediterránea concluida hoy, cuya declaración la menciona con frialdad.

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Varios representantes de la Unión Europea y del mundo árabe reconocieron en declaraciones a los periodistas que la iniciativa de Sarkozy fue uno de los temas más debatidos y todos mostraron diplomáticamente su interés en "seguir" el proyecto.

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Pero no hubo apoyos entusiastas hacia la idea francesa y quienes mencionaron el asunto defendieron al mismo tiempo la principal iniciativa comunitaria para el Mediterráneo, el Proceso de Barcelona, abierto en 1995 en esa ciudad española y del que la conferencia de Lisboa es continuación.

El texto final de los dos días de reuniones celebradas en la capital de Portugal entre los 27 países de la UE y otros 12 de las orillas del Mediterráneo "toma nota" de la propuesta de Francia como "una iniciativa complementaria al proceso euromediterráneo de cooperación".

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Pero en otro apartado el documento subraya que los países presentes en Lisboa hicieron énfasis en su "fuerte vinculación" con el Proceso de Barcelona y reiteraron el "carácter central" de esta iniciativa en las relaciones entre la UE y las naciones del Medtiterráneo.

Aunque el texto reconoce que el Proceso de Barcelona se puede enriquecer con otras iniciativas nuevas que refuercen los lazos políticos, económicos y culturales subraya la importancia de someterlas a consulta.

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El ministro portugués de Exteriores, Luis Amado, cuyo país preside este semestre la UE, dijo que la propuesta de Sarkozy fue una de los temas que "alimentaron" el debate en Lisboa y muestra "la necesidad que todos sentimos de desarrollar la cooperación".

La unión mediterránea tuvo muchas referencias en la reunión, según Amado, para quien, de acuerdo con lo explicado por Francia, "no se trata de un proceso paralelo al de Barcelona sino que se articula con él".

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El ministro luso manifestó que hubo interés entre algunos países por seguir el desarrollo de la iniciativa de París aunque opinó que será un asunto para el próximo año.

La comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, señaló que la propuesta es complementaria a otras iniciativas de la UE y debe ser inclusiva y no exclusiva y contar con el conocimiento y la aprobación de los países de la UE.

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Ferrero-Waldner, no obstante, saludo la iniciativa -que supondría dotar en el futuro de unas hipotéticas instituciones comunes a los países de la UE y la orilla sur del Mediterráneo- al señalar que "todo lo que refuerce la relación con los países mediterráneos es bienvenido, siempre que traiga un valor añadido".

El ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, consideró también que todo aquello que complemente el Proceso de Barcelona debe ser discutido y se mostró abierto a hablar de la idea francesa.

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Pero sacó a colación las cuestiones de financiación que puede acarrear el proyecto y opinó que los costos dependerán en cualquier caso del consenso de los países que se involucren en él.

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