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El FMI dice que España tendrá que ahorrar mucho más para controlar su deuda

EFE

España es uno de los países que en las próximas dos décadas tendrá que hacer un mayor ajuste fiscal, con subidas de impuestos o recorte de gastos, debido a la escalada de su deuda, alertó hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El organismo prevé que la deuda española alcance el 69,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) el próximo año, frente al 39,7 por ciento que registró en el 2008.

Ese rápido deterioro se debe al agujero fiscal abierto por la crisis, que motivará que el déficit primario (el saldo fiscal antes del pago de los intereses de la deuda) sume un 11 por ciento en el 2010, según el Fondo.

"Un país que tiene un déficit de este tipo tiene que acometer un ajuste", dijo en una rueda de prensa Carlo Cottarelli, director del departamento de asuntos fiscales de la entidad, que hoy presentó un informe sobre las cuentas de los miembros del G-20 en el que también habló de España.

Aún así, Cottarelli enfatizó que la recomendación del Fondo a los países avanzados es mantener las medidas de estímulo fiscal en el 2010, pues la recuperación es aún "frágil", y comenzar a ahorrar más sólo una vez que ésta se afiance.

Una parte de la brecha fiscal española se debe a la recesión, que reduce la recaudación y aumenta el gasto público de forma automática, en subsidios de desempleo, por ejemplo.

No obstante, España también registra un elevado déficit primario estructural, que equivaldrá al 5,8 por ciento del PIB en el 2010, según el Fondo, el cual refleja un empeoramiento más profundo de su situación presupuestaria.

El ajuste comenzará con la retirada de las medidas de estímulo económico, cuyo volumen es "grande" en el caso de España, según Cottarelli.

El país también tendrá que reaccionar, en su opinión, al envejecimiento de la población, que aumenta los gastos por pensiones y salud.

El FMI ha aconsejado a los países avanzados en general considerar aumentos de impuestos equivalentes al 3 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para poner sus cuentas en orden.

El Gobierno español ya se ha decantado por esa vía, al anunciar una subida de gravámenes para el 2010.

El FMI también abogó por una congelación del gasto per cápita, excluidas las pensiones y salud, y reformas en esos dos ámbitos para mantener el crecimiento de los desembolsos al mismo ritmo que el aumento anual del PIB.

Según los cálculos de la entidad, España tendrá que dar un vuelco a los balances públicos entre 2010 y 2020 equivalente al 10,7 por ciento del PIB y mantener ese nivel de ahorro por otra década más.

Con ello, la deuda caerá al 60 por ciento el PIB, la media de los países desarrollados antes de la crisis.

Los otros países que requieren un ajuste fiscal especialmente grande son Japón, Reino Unido e Irlanda, de acuerdo con el Fondo.

De media, la deuda de los países avanzados llegará al 118 por ciento del PIB en el 2014, lo que elevará los intereses mundiales en hasta dos puntos porcentuales, de acuerdo con el organismo.

Esa subida frenará la actividad económica, según Cottarelli, tanto en los países ricos como en los mercados emergentes, al encarecer los préstamos.

Poner coto a la subida de los intereses requerirá acciones para contener el déficit una vez que la recuperación esté bien cimentada, por lo que el FMI pidió a los gobiernos "diseñar y comunicar ahora mismo estrategias creíbles de salida" de sus programas de estímulo.

Este año los miembros del G-20 tendrán un déficit colectivo del 7,9 por ciento del PIB, causado por la recesión y las medidas de estímulo económico.

Para el año que viene se reducirá al 6,9 por ciento, una cifra algo mejor que el anterior pronóstico del FMI, divulgado en julio.

En el caso de España, la situación es más grave. La Comisión Europea pronosticó hoy que su déficit sumará un 11,2 por ciento este año y un 10,1 por ciento el 2010.

El FMI aún no ha dado pronósticos precisos que incorporen la subida de impuestos anunciada por el Gobierno.

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