'España tiene que repensar su modelo de negocio'. Así resumió ayer el Fondo Monetario Internacional (FMI) la grave encrucijada en la que se encuentra España y que convierte en decisiva cada opción tomada para salir de la crisis. Por ahora, el Fondo 'aplaude la iniciativa del Gobierno en definir ya una estrategia en el capítulo fiscal' y concuerda con que dada 'la magnitud del problema' es necesario combinar en la estrategia económica un aumento de ingresos, esto es, subir impuestos, y una corrección del gasto.

Aunque el Fondo ve inevitable la subida fiscal, también recuerda que la experiencia internacional ha demostrado que las políticas que tienen como base el recorte del gasto perduran en el tiempo, lo que dañaría menos 'la frágil recuperación' de la economía española. Además, el organismo insiste en que 'cualquier medida fiscal debe estar complementada con reformas estructurales del mercado de trabajo', un mantra del organismo hacia España que por ahora no surte efecto. En esta ocasión, el FMI argumenta que una reforma que favorezca la creación de empleo aliviaría el pago de las prestaciones por desempleo, uno de los gastos que más presiona el déficit. 'El desempleo en España permanecerá alto por algún tiempo, lo que a su vez puede crear dificultades en el sector financiero y esto, también, hace más difícil el aspecto fiscal', concluye el Fondo.

Tampoco olvida el organismo que España tiene un problema 'de envejecimiento de la población' que generará problemas de sostenibilidad a largo plazo con independencia de los números rojos que se registrarán en el corto plazo.

Tras la presentación del nuevo presupuesto español para 2010, el FMI reconoció ayer que revisaría -para mejor- sus previsiones de déficit para España, que sitúa en un 12,3% para este año, hasta el entorno del 10%. Además, tiene que hacer los cálculos del déficit de 2010, que hasta ahora situaba en un 12,5% pero que ya ha reconocido, están obsoletos. Con esta revisión, España se sitúa en el grupo de países europeos con un déficit más elevado el año que viene, pero mejor que Reino Unido e Irlanda, que superarán el 13% de déficit y, en este caso, con los programas del próximo año ya incluidos.

La competitividad es la otra gran carencia española para el FMI. 'Las grandes economías con mercados internos muy fuerte tardan años en salir de las crisis', aseveran con el recuerdo de la experiencia de los años posteriores a la reunificación alemana.