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Flotats dice que cuando vuelva a nacer será músico

EFE

Después de "La Cena" y "Stalin", el actor y director teatral José María Flotats vuelve al desafío de los personajes históricos con "El encuentro de Descartes con Pascal joven", una obra de Jean-Claude Brisville que le permite, además, disfrutar de la sensualidad del lenguaje.

"Es como morder una fruta jugosa; como una partitura musical, porque cada frase tiene su coloratura, su ritmo y su tempo. Es como un recital de lied", explica el actor, director y hombre de teatro, que confiesa: "cuando vuelva a nacer seré músico, es mi ilusión y mi frustración absoluta".

Tres temporadas después del más que exitoso montaje de "La Cena" -otro texto de Brisville en el que trabajó con Carmelo Gómez, y que imaginaba el último encuentro de Tayllerand con Fouché-, y mientras se toma su tiempo para traducir al castellano "Stalin", Flotats vuelve a la cartelera madrileña del 22 de enero al 22 de febrero en el Teatro Español.

Hacía más de dos décadas que no actuaba en el Español, y recuerda así su último estreno en esta emblemática sala: "saltó todo el sistema eléctrico y tuvimos que suspender con un sala llena amigos, entre ellos, el fallecido Paco Rabal. Pero no soy supersticioso".

Flotats dirige y protagoniza, junto a Albert Triola, este nuevo espectáculo, en el que firma el vestuario y el sobrio y austero espacio escénico.

Y es que "El encuentro de Descartes con Pascal joven" desarrolla una cita histórica, la única, entre, posiblemente las dos mentes más brillantes del siglo XVII, en un convento de París, y por ello, Flotats quiere que el espectáculo sea el "reflejo del escenario mental".

"Aparte de que estamos en tiempo de austeridad, hay una voluntad minimalista y austera, porque se trata de un diálogo apasionante entre dos personas, y no tiene que haber ninguna distracción", explica.

En este contexto, Flotats pondrá en escena ese encuentro que imagina el dramaturgo francés, maestro del teatro de Historia: "coge unos personajes de una fuerza y una intensidad que provocan unas ganas enormes de querer interpretarlos, intentando hacerlos cercanos, pero sin abaratarlos. Personajes que podemos comparar con los grandes del teatro clásico, con el poso de lo que sabemos y de lo que no sabemos, de lo que dicen entre líneas".

Flotats dice que intenta transmitir la misma curiosidad que le provoca a él el texto: "¿es posible que Descartes dijera esto?".

Se trata de un "diálogo en el que hay oposición de ideas, filosofía y posiciones frente a la vida, que nos descubre a dos hombres que hace más de 300 años tenían unas inquietudes vigentes hoy en día. Y, en el plano científico, ¡Pascal, a los 18 años, adelanta la máquina de calcular, antecesora de nuestro ordenador!", recalca Flotats.

Para ello, Brisville trabaja el lenguaje como "una sinfonía", compara el actor y director, un apasionado de la música.

"No es sólo qué me dices y qué te contesto; sino cómo me preguntas y cómo te contesto, es una partitura musical. Es un alto lenguaje que se tiene que decir de cierta manera, con apoyo del diafragma, con una proyección en imágenes", precisa.

"Es como una soirée schubertiana, a dos: piano y cantante, o clavicémbalo y violín. Sobre todo en esta obra, más que en "La Cena", que tiene más suspense político. Pero, ¡cuidado!, aquí también lo hay, porque esa es la gran astucia de Brisville: cuando menos lo piensas, crea una sorpresa inesperada", adelanta.

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