Fernández de la Vega tacha las declaraciones de Camps y Barberá de inadmisibles e irrespetuosas
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La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ha asegurado hoy que las declaraciones del president de la Generalitat, Francisco Camps, y la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, sobre el caso Gürtel son "inauditas", "inadmisibles" e "irrespetuosas".
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De la Vega ha recalcado que a un responsable político se le debe exigir que sus declaraciones "mantengan por lo menos el respeto y el decoro" y ha añadido que las que realizaron ayer los dos dirigentes del PP, que "son representantes de todos los valencianos", ponen de manifiesto "una falta de respeto a los ciudadanos".
En declaraciones a la Cadena SER recogidas por EFE, la vicepresidenta se ha referido así a las palabras del president de la Generalitat, Francisco Camps, imputado por el "caso Gürtel" quien dijo que le "quedan uno o dos escaloncitos" para que pase "toda esta cuestión tan extraña, absurda y estrafalaria".
La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, señaló por su parte que en el PP "ni se comenta en privado" la posible dimisión de Camps, a quien si tuviera que renunciar al cargo le seguiría "todo el país empezando por el presidente del Gobierno", José Luis Rodríguez Zapatero, por recibir anchoas como "dádiva" del presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla.
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Fernández de la Vega ha asegurado hoy que, con esas declaraciones, Barberá "traspasó, una vez más, los límites de la corrección" al "atacar, incluso, las relaciones con otras administraciones", lo que ha considerado "un acto, claramente, de deslealtad institucional".
La vicepresidenta ha criticado la estrategia del PP en relación con el caso Gürtel que, a su juicio, comenzó por "desautorizar a la justicia", y pasó por "utilizar" la "técnica del ventilador" para "intentar emborronarlo todo" y "exigir a los demás lo que son incapaces exigir en su propia casa".
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"Ahora han impuesto una especie de manto de silencio", ha continuado Fernández de la Vega quien ha agregado que "querer minimizar un hecho tan serio no parece razonable" porque "estamos hablando de servidores públicos" y "la ética y la estética no son cuantificables" ni "se miden en términos cuantitativos".