Fasuba batió a Chambers en la final del morbo
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El nigeriano Olusoji Fasuba, plusmarquista africano de 100 metros, refrendó su reciente hegemonía mundial en el esprint corto con una victoria en la final de 60 metros sobre el británico Dwain Chambers, que regresó a un podio individual tres años después de cumplir una sanción por dopaje.
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Fasuba, con el mejor registro del año (6.51), consiguió el primer título africano en 60 metros, dejando para Chambers y Kim Collins una medalla de plata compartida con un tiempo de 6.54 que ni siquiera la foto de llegada pudo desempatar.
Chambers confirmó que hay vida después del dopaje. En semifinales corrió más que nunca (6.55) y todavía mejoró su marca en la final.
El 10 de febrero pasado, en Sheffield, Chambers consiguió el título británico con una marca de 6.56 que obligó a la Federación de su país a incluirlo en el equipo para Valencia, en contra de su primera intención, para soslayar el litigio ante los tribunales con el que amenazaba el atleta.
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Chambers cumplió dos años de sanción por su implicación, en 2003, en las prácticas de dopaje (tetrahidrogestrinona, THG) descubiertas en la investigación sobre los laboratorios BALCO, en los Estados Unidos, y luego tuvo un paso efímero por el fútbol americano.
Los responsables federativos fundaban su oposición a seleccionarlo en que Chambers, a diferencia de los atletas de elite británicos, no había pasado un solo control de dopaje desde que cumplió su sanción, hace ya dos años.
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En la final femenina de 60, la estadounidense Angela Williams necesitó la mejor marca mundial del año (7.06) para ganar, por dos centésimas, a la británica Jeanette Kwakye.
La mejor puesta en acción de la estadounidense, que ya tenía dos medallas de plata (Lisboa 2001 y Birmingham 2003), sentenció la contienda en una carrera en la que solo hubo tres centésimas de diferencia entre las medallistas. Tahesia Harrigan, de las Islas Vírgenes Británica, fue tercera con 7.09.
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Estados Unidos fue el país triunfador de la jornada porque también había ganado el primer oro. La final de peso fue un duelo entre dos estadounidenses: Reese Hofa, defensor del título, que lanzó por la mañana en la calificación 21,49 metros, su mejor marca del año, y su compatriota Christian Cantwell, que lanzó 20,91.