Los fallos de seguridad en las centrales nucleares muestran una tendencia creciente
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Las nucleares españolas están implantando las mejoras requeridas tras el accidente de Fukushima, aunque con algunos retrasos, según el informe de 2013 del Consejo de Seguridad Nuclear, que constata una tendencia creciente de sucesos y fallos de los sistemas de seguridad durante la última década.
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"A lo largo de los últimos diez años, el promedio de sucesos significativos y fallos de los sistemas de seguridad siguen una tendencia creciente", afirma el informe, entregado al Congreso y Senado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
Durante 2013, el parque nuclear se encontró con Ascó, Cofrentes, Santa María de Garoña y Vandellós II en situación de normalidad, en cambio Almaraz y Trillo (salvo Trillo en el cuarto trimestre) tuvieron todo el año una "atención reguladora especial".
Ello significa que se hace un análisis de la instalación para determinar la causa y los factores que han causado las deficiencias detectadas, y la inclusión en un programa de acciones correctoras.
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Todos los hallazgos de inspección en 2013 fueron clasificados como verdes (de baja importancia para la seguridad) y uno fue blanco (de baja a moderada importancia).
Este último correspondió a la degradación de los motores de las bombas de agua de servicios esenciales de Almaraz II.
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En 2013 se contabilizó un hallazgo blanco y 133 verdes, frente a los cinco blancos y 121 verdes de 2012.
En cuanto al número de inspecciones, el CSN las ha incrementado, sobre todo en 2011 y 2013, a causa de los programas desarrollados en respuesta al accidente de Fukushima.
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Por otro lado, el informe del organismo regulador explica que a lo largo de los últimos diez años, el promedio de sucesos significativos y fallos de los sistemas de seguridad continúan una línea ascendente.
Sin embargo, "los indicadores de paradas automáticas con reactor crítico, paradas forzosas y exposición colectiva a la radiación manifiestan la tendencia contraria.
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A medio plazo, tres años, "todos los indicadores presentan una tendencia decreciente salvo la tasa promedio de paradas forzosas".
Por otro lado, en 2013 el Consejo de Seguridad Nuclear propuso al Ministerio de Industria dos expedientes sancionadores: Almaraz I y II por incumplir el manual de garantía de calidad, y Ascó I y II por perder el control de distintas fuentes radiactivas.
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Además apercibió a Almaraz I por incumplimiento del Plan de Emergencia Interior y a Vandellós II por incumplir una instrucción relativa a requisitos de protección contra incendios.
Señala, por otro lado, que las plantas están cumpliendo los programas de implantación de las mejoras requeridas en las instrucciones técnicas post Fukushima, con "retrasos en unas pocas actividades que no afectan al cumplimiento global".
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Entre las actividades llevadas a cabo cita los refuerzos de los medios humanos y materiales a la organización de respuesta en emergencia, avances en nuevos centros de emergencia y la adquisición de equipos para la refrigeración de la central desde el exterior.
Almaraz, Ascó, Trillo y Vandellós solicitaron un alargamiento del plazo establecido para decidir qué tipo de venteo filtrado de contención elegir (es un sistema de protección del público y que garantiza la integridad de la contención ante un accidente severo).
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En el caso de Garoña, el CSN le remitió una instrucción complementaria, adaptada a su situación de cese de explotación.
En 2013, Garoña hizo mejoras en los sistemas de extinción de incendios; en la capacidad de respuesta frente a situaciones de pérdida prolongada de las alimentaciones eléctricas, en los sistemas de comunicación en emergencia y en el rociado de agua en la piscina de almacenamiento de combustible.