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El ex miembro de Loco Mía alega que la droga era para consumo propio

Xavier Font fue detenido en 2009 en la operación 'Abanico' por posesión y venta de drogas. La fiscalía pide una condena de siete años

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Xavier Font, antiguo miembro del grupo musical Loco Mía acusado de traficar con popper y éxtasis, ha alegado hoy ante el tribunal que la droga que se le encontró en su casa era para consumo propio y para repartirla con amigos, sin que nunca llegara a comerciar con ella. En la sección quinta de la Audiencia de Barcelona se ha celebrado hoy el juicio contra el ex integrante de Loco Mía, para quien la Fiscalía pide una pena de siete años de cárcel y multa de 4.050 euros por dos delitos contra la salud pública, a raíz de una operación policial en la que se le incautaron 91 botellas de popper y 16 pastillas de éxtasis.

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Xavier Font es actualmente representante de Loco Mía, del que fue miembro en los años ochenta, cuando la formación, convertida en un icono gay, se hizo célebre por usar grandes abanicos y hombreras exageradas en sus actuaciones. El procesado fue detenido en febrero de 2009 en el marco de una operación de la Guardia Civil llamada Abanico por comercializar supuestamente a través de una página web botellas de popper, un producto a base de nitrito de alquilo que tiene la consideración de medicamento, por lo que su venta libre está prohibida desde 2006.

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En una entrada y registro en su vivienda de Barcelona, se encontraron más de un centenar de botellitas de popper, diez pastillas de MDMA y 2.850 euros en efectivo, hallazgo en el que la Fiscalía basa su petición de prisión para el ex integrante de Loco Mía. En su declaración en el juicio, el acusado ha argumentado que los popper que se le incautaron eran para consumo propio y de algunos amigos, dado que esa sustancia puede destinarse a usos recreativos por sus propiedades vasodilatadoras.

Respecto a la decena de éxtasis que se encontraron en su casa, el procesado se ha escudado en que pertenecían a un amigo que había vivido en su casa y que se marchó dejándose allí el paquete con las pastillas. La comercialización en España de popper, producto que se utiliza para limpiar cabezales de vídeo, está restringida desde el año 2006 por la Agencia Estatal del Medicamento, que considera que tiene graves efectos secundarios, entre ellos vómitos, taquicardia, dificultades respiratorias y en raras ocasiones muerte súbita.

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