Estudio relaciona un químico cerebral con la obesidad
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Por Will Dunham
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Un equipo de expertos que estudiabaa personas con un desorden genético poco común identificó unasustancia química producida en el cerebro que jugaría un papelclave en el apetito y la obesidad, un hallazgo que podríallevar a la fabricación de nuevos fármacos.
Estudios anteriores con animales habían apuntado a que estasustancia, conocida como BDNF, ayuda a regular el apetito y elpeso, pero el nuevo estudio publicado el miércoles en el NewEngland Journal of Medicine es el primero en mostrarlo enpersonas.
"La importancia del hallazgo es que nos abre otro caminopara desarrollar tratamientos que podrían ayudar a las personascon obesidad", dijo el doctor Jack Yanovski, del InstitutoNacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy,que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud deEstados Unidos.
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Se sabe que una serie de sustancias presentes en el cuerpode forma natural, incluyendo la hormona leptina y elneuropéptido Y, afectan el apetito y la obesidad y losdescubrimientos sobre el BDNF podrían aumentar la comprensiónde los factores que favorecen a la enfermedad, añadió elexperto.
"Estamos viendo una pequeña parte de lo que en realidad esun rompecabezas grande y complejo", explicó en una entrevistatelefónica Yanovski, que ayudó a dirigir el estudio. "Suponemosque hay probablemente unos 300 genes que afectan al pesocorporal de una u otra forma", agregó.
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El estudio involucró a 33 personas con síndrome de WAGR,una extraña alteración genética que implica un alto riesgo depadecer problemas oculares, algunos tipos de cáncer y retrasomental.
Normalmente, una persona tiene dos copias del gen quecontrola el BDNF. Pero los investigadores descubrieron que a lamayoría de los pacientes del síndrome de WAGR -19 de ellos- lesfaltaba una copia del gen y, por lo tanto, tenían bajos nivelesen sangre de BDNF.
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Esos 19 pacientes eran obesos a los 10 años y tenían unafuerte tendencia a comer de más. Las otras 14 personas quetenían dos copias funcionales del gen no tenían másprobabilidades de ser obesas o sobrealimentarse que la media dela población, según los investigadores.
Esto apunta fuertemente a que el BDNF podría estarrelacionado con el control del apetito y por lo tanto con laobesidad, apuntaron los autores.
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La liberación de BDNF en el hipotálamo, una glándulasituada en la base del cerebro y también involucrada en laregulación del apetito, podría deberse indirectamente a laleptina, según los científicos.
Yanovski comentó que los fármacos pensados para mejorar unnivel bajo de BDNF podrían ayudar a algunas personas obesas queno han tenido éxito con otros tratamientos.