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"En este país admiramos mucho el pelotazo"

Acaba de publicar el libro '¿Por qué los profesionales no comunicamos mejor? Los siete pecados capitales del mal comunicador'

ALEJANDRO TORRÚS

Con más de 2.000 telediarios a sus espaldas, el periodista Manuel Campo Vidal inscribió su nombre en la historia de la televisión tras presentar el primer debate electoral entre José María Aznar y Felipe González en 1993. Después, repetiría experiencia con José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy en 2008 y con el propio Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba hace apenas un mes. A pesar de ello, en su nuevo libro, ¿Por qué los profesionales comunicamos tan mal? (RBA), sostiene que los políticos en particular, y los españoles en general, no saben comunicar.

¿Por qué cree que españoles no sabemos comunicar?

Aquí creemos que comunicamos muy bien porque hablamos mucho, rápido y alto, pero eso no quiere decir que lo hagamos bien.

¿A qué se debe?

En la escuela no nos enseñaron a comunicar e incluso los licenciados en periodismo reconocen que nadie les ha dado una clase de cómo se habla en público. Ese déficit nos deja en una posición de inferioridad en la competitividad frente a británicos o franceses.

¿Y los políticos españoles?

Cuando los políticos hablan, lo hacen para el resto de políticos, no para la ciudadanía.

En su libro defiende que, para saber comunicar, el primer paso es escuchar. ¿Sabemos hacerlo?

En España, en general, escuchamos poco. Y de esa mala escucha se produce una pérdida de eficacia en la comunicación. Como hay demasiado arrogancia entre los que tomamos la palabra, nos cuesta escuchar al usuario final.

¿Un ejemplo de ello puede ser el tipo de televisión que tenemos?

La televisión refleja lo que hay en la sociedad y tiene que ver con sus valores. En este país, admiramos mucho al dinero y, sobre todo, al que es capaz de ganarlo rápidamente: el pelotazo. En cambio, no admiramos a los que son capaces de comunicar muy bien.

Usted ha presentado más de 2.000 telediarios. ¿Cómo valora los informativos actuales?

Creo que hay algunos informativos que tienden mucho al espectáculo y a la mezcla de géneros. También hay algunas noticias que se merecen estar en un programa aparte. Ya sea en un espacio de gente y corazón o en un programa de sucesos. La prueba es que TVE es líder en informativos y creo que es porque son los más parecidos a los telediarios clásicos.

Tampoco la información crítica o la investigación periodística atraviesan por su mejor momento.

Sí, hay poca investigación y un exceso de atrincheramiento en las tertulias políticas. Antes de empezar a hablar, ya sabes lo que va a defender cada uno, y eso es un poco peligroso.

¿Vive el periodismo una crisis interna paralela a la de los medios?

Los periodistas en España hemos perdido bastante credibilidad en los últimos años. Y los medios también. Debemos hacer una revisión y tratar de recuperar nuestra credibilidad, porque es nuestro capital. Convendría hacer una reflexión muy seria para que el periodismo no esté ni absorbido por el poder, ni adocenado.

¿Ayuda a esta crisis la precarización del empleo?

Los medios tradicionales deben aprender a convivir con los emergentes y en ese marco tenemos que redefinir el papel de los periodistas y las políticas de las empresas. Porque no estamos dando oportunidades a los jóvenes y estamos prescindiendo de la experiencia de muchos profesionales de más edad.

¿Cómo afecta esa pérdida de periodistas?

El tratamiento dado a la crisis hubiese sido diferente si en las redacciones se hubieran mantenido personas que vivieron las anteriores. Probablemente, algunas cosas que se han escrito agravando la crisis psicológica, que está superpuesta a la actual, se habrían podido evitar.

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