"Estaríamos perdidos si los políticos debaten qué bancos intervenir"
Miembro del comité ejecutivo del BCE. Pide al Gobierno que apruebe ya el fondo de rescate y que lo dirija el Banco de España
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José Manuel González-Páramo es uno de los seis miembros del Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo, el órgano que junto al Consejo de Gobierno toma las grandes decisiones de política monetaria en Europa. En la entrevista, felicita al Gobierno por crear el fondo de rescate a la banca, aunque le pide premura, y le conmina a aplicar una reforma laboral. Además, critica a las comunidades autónomas que rechazan las fusiones interregionales y les insta a sostener a las cajas a las que no permiten unirse con otras.
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¿Cuál es el principal problema que hay que solucionar en Europa?
Creo que el principal reto es hacer volver la confianza, tanto en el sistema financiero como en la economía real. Tanto los bancos centrales como los gobiernos tomaron las decisiones adecuadas en sus respectivos ámbitos para facilitar el retorno de la confianza. Pero aún quedan cosas por hacer, entre ellas, las reformas estructurales pendientes, que son siempre más complicadas y difíciles, las del sector financiero y las que afectan al mercado de trabajo y de productos, que avanzan con relativa lentitud.
¿Existen los brotes verdes o se habla de ellos para dar confianza?
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Es indiscutible que ha habido una inflexión en el ritmo de caída. Ya no estamos en caída libre, pero seguimos cayendo. Esto es lo que entiendo que se llama brotes verdes. Son una señal buena, pueden germinar, fortalecerse y convertirse en árboles si se acompañan de la política adecuada.
¿Qué medidas son necesarias en el sector financiero?
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Las autoridades respectivas han definido estas medidas perfectamente: la ampliación de garantía de los depósitos, el respaldo de los estados para emitir deuda a largo plazo, las medidas de inyección de capital y las de provisión de liquidez del BCE. Pero el ritmo de avance es diferente en cada país. En el extremo más lento todavía hay países que están diseñando su programa de aportación de capital a las entidades con problemas. España ya lo tiene sobre la mesa, pero es importante que no sólo se dibuje sino que se ponga en práctica lo más rápidamente posible.
En el ámbito del sector financiero mundial, ¿cómo salimos de ésta?
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El Estado normalmente no es un buen banquero, pero sí tiene la capacidad de prevenir crisis sistémicas, que es lo que ha hecho. En aquellos países en los que ha tomado una importante participación del sector financiero, tendrá que planificar cuidadosamente cómo abandonarlo de manera progresiva.
En España, ¿qué le parece la creación del fondo de rescate?
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Me parece una noticia muy buena y sobre todo que el Banco de España juegue un papel protagonista, por su competencia técnica y su indepen-dencia.
¿Soluciona los principales problemas de la banca española?
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Resuelve el problema más importante ahora mismo, que es que hay entidades en las que el capital es escaso y no se pueden permitir conceder crédito. El fondo viene en el momento oportuno y es importante que cuanto antes empiece a actuar dirigiendo sus prioridades a esas entidades que estén más necesitadas de capital, a condición de aceptarse medidas de reestructuración.
¿Debe el Estado exigir una fusión siempre que conceda ayudas?
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En cada caso habrá un diagnóstico y una solución distinta y de eso se ocupará el Banco de España.
Emilio Botín pidió que no hubiera interferencias políticas.
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Creo que es bueno que el protagonista sea el Banco de España. Sabe lo que hay que saber y es independiente del poder político. Obviamente habrá que dar cuenta del uso de esos fondos. Pero no sería bueno que fuera objeto de debate cómo intervenir en esta o aquella entidad. Estaríamos perdidos si el debate político llegara a este punto.
¿Es el momento de cambiar la legislación de cajas?
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Habría que ver las limitaciones a las fusiones entre cajas de distintas comunidades. Seguramente en algunos casos se podrían ver sinergias, pero parece que al poder político de las distintas comunidades no le gusta. Quizá ese poder político debería plantearse si tiene músculo financiero suficiente para sostener a aquellas cajas a las que impida una fusión con una caja de otra comunidad.
¿El BCE ha sido lento tomando las medidas y ha agudizado los problemas de liquidez?
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Es una opinión pintoresca. A nivel internacional nadie duda de que el BCE ha sido el primero y el más decidido en intervenir. La combinación de la política monetaria y de las medidas de liquidez extraordinarias ha hecho que el nivel de los tipos de interés para las familias, el Euríbor, haya estado por debajo de los tipos en Estados Unidos. Los hechos son incontestables.
En la política monetaria, ¿queda margen para bajar tipos y aplicar más medidas no convencionales?
Vamos a esperar a ver cómo funcionan las últimas medidas. No decidimos que el 1% era el nivel más bajo imaginable en cualquier escenario, pero sí pensamos que es el apropiado, dada la información de que disponemos actualmente.
Sobre la situación económica en España, ¿cree que puede salir de la crisis a la vez que el resto de los países europeos?
Depende mucho de lo que se haga en el ámbito de las reformas internas. Si hay una excesiva pasividad, el riesgo es que el desempleo siga creciendo y la tasa de paro se mantenga muy alta durante mucho tiempo. Es urgente plantearse qué se puede hacer para estar listo cuando la recuperación tome cierta fuerza. Simplemente esperar a que la recuperación venga de fuera quizá no es la apuesta acertada y responsable.
¿Debe aplicarse una reforma laboral en España?
Hay pocas dudas de que el mercado laboral en España es manifiestamente mejorable, pues no es flexible y no facilita la reasignación del trabajo hacia los sectores con más futuro y más productivos. Si queremos jugar en la recuperación, o facilitamos esa recanalización hacia sectores de futuro o estaremos bloqueando la energía de aquello que nos va a ayudar a salir hacia delante. Si el Diálogo Social concluye otra cosa, serán responsables quienes dialogan. Si no queremos mirarnos en el espejo por temor a que nuestra imagen no nos guste, será nuestro problema.
¿Qué reformas aplicaría?
Esto compete al Gobierno. El mercado laboral español es muy rígido, con una segmentación entre temporales y fijos tremendamente ineficiente y socialmente injusta y que, además, perjudica de manera muy clara a la parte más joven de la población. Debe plantearse si invertir en la educación tiene sentido cuando la temporalidad incide en la parte mejor formada del país. El mercado laboral español funciona con salarios que impiden a la economía reaccionar con rapidez para ajustarse a las condiciones de productividad y desempleo. Hay países que para superar la crisis están ajustando salarios de manera muy seria, en algunos casos con reducciones voluntarias. No estoy proponiendo esto para España, pero es que el sistema no lo permitiría.
¿Debería España explicar cómo va a cumplir su promesa de reducir el déficit?
Entiendo que la reputación que ha acumulado España durante años de disciplina presupuestaria es tan elevada que no puede pasársele a nadie por la cabeza perderla. Al país y a sus autoridades les corresponde ser precisos en la estrategia de salida, porque eso permitirá mayor holgura financiera. De otra manera, habrá que colocar la deuda pública a unos costes muy altos y, si el Estado paga intereses, no paga infraestructuras. A mí no me cabe ninguna duda de que el Gobierno se toma muy en serio sus compromisos en materia presupuestaria.