"¿Estaba España en la reunión?"
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Monsieur Trichet, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), es expresivo por naturaleza y ayer no pudo evitar unas cuantas muescas de asombro al darse cuenta de que España no había estado en la reunión del G-20. Preguntado por Público por la ausencia de la ministra de finanzas española, Elena Salgado, en la reunión que mantuvieron durante dos horas los miembros del club económico de moda, Trichet se quedó perplejo: "¿España? Pues... no estoy seguro.
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¿Estaba en la reunión? [Mira a su mano derecha que le dice que no con la cabeza] Pues no, no estaba, no me había dado cuenta. Pero no sé porqué. Pregúntele a Geithner o a Darling, ellos organizan esto". Tampoco Geithner (en la rueda de prensa posterior al G-7), había podido o querido dar una explicación de la ausencia española.
España no es miembro oficial del G-20, algo que quedó ayer patente cuando después de una larga reunión, en la que según Trichet se acordaron "importantes decisiones" sobre cómo llevar a la práctica los compromisos de Londres, el gobernador del BCE no se había dado cuenta de que uno de los países de la zona del euro no había participado en el encuentro.
La ausencia, que intentará justificar la vicepresidenta hoy, dejó a España sin una palabra sobre la evolución de los compromisos pero también sin tener que dar explicaciones sobre cómo está haciendo sus deberes. Pero, el triunfo español de participar en la cumbre de Londres choca con la falta de participación en las cumbres preparatorias, donde nunca estuvo, ni en las de seguimiento como la de ayer.
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El aparente desconcierto oficial sobre la asistencia de uno de los firmantes del pacto de Londres evidencia también la falta de liderazgo del grupo, que no tiene un portavoz oficial, ni una representación permanente y cada participante da su propia rueda de prensa. Una maraña organizativa donde se perdió la armada española.