El escándalo de corrupción en Italia llega al Vaticano
Publicidad
Uno de los principales cardenales de la Iglesia Católica y un antiguo ministro han sido puestos bajo investigación en un escándalo de corrupción que ha afectado al Gobierno y ahora salpica al Vaticano.
Publicidad
Los magistrados han dicho al cardenal Crescenzio Sepe y al ex ministro de Transportes e Infraestructuras en el Gobierno de centroderecha Pietro Lunardi que están siendo investigados por corrupción agravada, dijeron fuentes judiciales.
Los magistrados de la ciudad de Perugia, en el centro del país, están investigando una red de corrupción y favores en relación con contratos de obras públicas, la mayoría para grandes eventos, como la cumbre del G-8 del año pasado y las celebraciones del Milenio.
Sepe, de 67 años, está siendo investigado por supuesta corrupción cuando era el responsable de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, un rico departamento del Vaticano que financia la obra de las misiones en el exterior y que maneja tanto efectivo como propiedades inmobiliarias.
Publicidad
Sepe, que estuvo al frente de la Congregación hasta que fue trasladado a Nápoles en 2006, es sospechoso de corrupción agravada con Lunardi en relación con un acuerdo sobre propiedades inmobiliarias.
Según los diarios La Stampa, Corriere della Sera y La Repubblica, en 2004 Lunardi adquirió un edificio en Roma del departamento de Sepe a un precio notablemente inferior al del mercado. Al año siguiente, cuando Lunardi era ministro, aprobó un decreto que destinaba fondos para la restauración de edificios religiosos históricos, entre ellos la sede de la Congregación, un inmueble del siglo XVI enfrenta de la Plaza de España en Roma.
Publicidad
EL CARDENAL COOPERARÁ
En un comunicado, el Vaticano dijo que espera que la situación "pueda aclararse total y rápidamente para eliminar cualquier sombra, sea sobre la persona (Sepe) o sobre las instituciones de la Iglesia". Además indicó que el cardenal cooperará con los magistrados, pero que habrá que utilizar los procedimientos adecuados, puesto que el Vaticano es un estado soberano.
Publicidad
El Vaticano parece querer apostar por la transparencia y evitar una repetición de lo ocurrido en 1982, cuando se negó a cooperar con los jueces que investigaban el papel de la banca vaticana en la bancarrota fraudulenta del Banco Ambrosiano.
Acosado por los periodistas al salir de una iglesia en Nápoles el domingo, Sepe afirmó: "La verdad emergerá (...) Estoy sereno".
Publicidad
En una entrevista publicada el domingo en la Corriere della Sera, Lunardi indicó que los magistrados de Perugia pronto "resolverán todo".
La investigación se ha cobrado de momento la cabeza de Claudio Scajola, un aliado cercano del primer ministro, Silvio Berlusconi que en mayo tuvo que dimitir como ministro de Industria, después de que se conociera que unos 900.000 euros en cheques utilizados para comprar su lujoso apartamento romano al lado del Coliseo provinieron de un constructor arrestado en el caso de corrupción política. Él ha negado haber cometido cualquier ilegalidad.
Publicidad
El escándalo de corrupción estalló en febrero, cuando la policía arrestó a cuatro personas, entre las que se encontraba Angelo Balducci, antiguo jefe del departamento del Gobierno que supervisa las obras públicas y consultor inmobiliario de la Congregación que dirigía Sepe.
Balducci y los otros fueron acusados de dirigir una red de corrupción y sobornos entre constructores, arquitectos y funcionarios que manejó decenas de millones de euros en contratos de obras públicas. Balducci está encarcelado en Roma, ya que los magistrados han rechazado sus peticiones para un arresto domiciliario.
Publicidad
Al mes después de ser arrestado, otro escándalo que le implicaba al Vaticano y a él estalló cuando unas escuchas relacionaron a un miembro del coro vaticano y a él con una red de prostitución masculina. Después de este caso, Balducci fue despedido de un cuerpo de voluntarios de élite llamado "Caballeros de su santidad", ujieres que trabajan en el Palacio Apostólica en ocasiones importantes, como cuando el Papa recibe a jefes de Estados.