Los empresarios reclaman medidas contundentes
Zapatero asegura en la reunión que "Europa descarta" un rescate para España
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Aunque hubo matices de forma y contenido, los 37 grandes empresarios que ayer despacharon en la Moncloa con José Luis Rodríguez Zapatero lanzaron tres grandes propuestas al presidente del Gobierno. La primera, que hace falta más transparencia y unidad en los mensajes sobre la verdadera situación de la economía española, para disipar las dudas de los inversores; la segunda, que hay que llevar a cabo "ya" las reformas pendientes; y la tercera (y, sin duda, la más polémica), que el Gobierno debe tener listo un "segundo paquete" de medidas para, en caso de ser necesario, "adelantarse a los mercados". Y, atención, si ello implica pasarse de frenada, no pasa nada, los mercados mandan.
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Entre las medidas que el Gobierno debería agilizar a juicio de las grandes empresas, abundaron las menciones a las reformas de la negociación colectiva y del sistema de pensiones; y entre las posibles iniciativas a adoptar, se reclamó más apoyo a la exportación y hubo quien exigió bajadas de impuestos, nuevos recortes presupuestarios y un adelgazamiento de la Administración (en especial, en las comunidades autónomas).
Desde el sector financiero (que centró buena parte del debate), el mensaje general fue el de que, ante el acoso de los especuladores, el Gobierno debe tomar decisiones no en meses, sino "en semanas como mucho, o, más bien, en días".
"Si no enviamos un mensaje contundente, lo vamos a pasar muy mal", resume una fuente. La palabra "rescate" salió de los labios de varios de los presentes. También de los de Zapatero, que, ante tanto pesimismo, aseguró a los presentes que "Europa descarta" esa posibilidad. Ante la recurrente pregunta de qué pasará mañana cuando se reabran los mercados, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, intentó lanzar un mensaje tranquilizador: el de que las reformas se están haciendo más rápido en España que en ningún otro país de la UE.
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Uno de los compromisos más valorados por las empresas fue el de reforzar la transparencia en las cuentas de las autonomías y en la situación del sector financiero, dos aspectos que preocupan, y mucho, a los inversores internacionales.
El reventón inmobiliario y su impacto en las cuentas de las cajas de ahorros fue un tema recurrente. Y hubo cruce de reproches entre los bancos y las cajas; a las primeras, por los riesgos asumidos en el sector del ladrillo. Y a los bancos, por haber iniciado la guerra de los depósitos, que está penalizando al sector.
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Todas las fuentes consultadas coinciden en que, pese al escepticismo inicial de algunos, lo de ayer fue más que una simple foto; de hecho, ni siquiera hubo la previsible instantánea en la escalinata del palacio de la Moncloa. Los empresarios valoraron la "receptividad" del Gobierno a sus propuestas, su "espíritu de colaboración" y su determinación para reducir el déficit público y hacer frente a la desconfianza de los inversores, que ha castigado con dureza a las compañías que cotizan en bolsa, mayoritarias en la cita de ayer.