El ejercicio produce cambios cerebrales en sobrevivientes de ACV
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Por Will Dunham
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Caminar sobre una cinta tres vecespor semana ayudó a sobrevivientes de accidentescerebrovasculares (ACV) a mejorar su condición física y sumovilidad y también provocó una "renovación" de sus cerebros, informaron el jueves científicos estadounidenses.
Algunos de los pacientes que caminaron en cintas lograronmejoras importantes pese a que ingresaron al estudionecesitando sillas de ruedas o andadores para moverse.
Una serie de pruebas cerebrales reveló cambios cerebralespositivos en los seis meses posteriores al inicio de laactividad física, indicaron los autores.
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"Creo que esta es una de las mejores noticias en muchotiempo para los sobrevivientes de ACV", dijo en una entrevistatelefónica el doctor Daniel Hanley, profesor de Neurología dela Escuela de Medicina de la Johns Hopkins University enBaltimore, quien ayudó a dirigir el estudio.
"La mejora puede producirse mucho tiempo después del ACV,incluso meses o años", añadió Hanley, cuyos hallazgos fueronpublicados en la revista Stroke, de la AsociaciónEstadounidense del Corazón.
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Los sobrevivientes de ACV pueden quedar con parálisis opérdida de la movilidad muscular.
Un ACV puede dañar la capacidad de caminar de una persona,reducir su movilidad y deteriorar su estado físico, además depromover discapacidad crónica.
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Los ACV ocurren comúnmente por el bloqueo o la disminuciónfuerte del suministro sanguíneo a una parte del cerebro, por loque el órgano no recibe oxígeno.
El estudio involucró a 71 pacientes, con un promedio de 63años, que habían sufrido un ACV aproximadamente cuatro añosantes. Cerca de la mitad fue seleccionada para caminar 40minutos tres veces por semana en una cinta, durante un total deseis meses.
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En tanto, el resto de los participantes realizaronejercicios de estiramiento por la misma cantidad de tiempo, enlugar de caminar en la cinta.
Para evaluar los posibles cambios cerebrales, losinvestigadores realizaron exámenes con imágenes por resonanciamagnética (IRM) antes y después de los seis meses de duracióndel estudio, sobre 32 personas de ambos grupos.
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Entre quienes realizaron caminatas en la cinta, loscontroles detectaron una mayor activación cerebral en las zonasdel cerebro relacionadas con el control del andar y lacaminata, incluidos el cerebelo y el mesencéfalo, señalaron losexpertos.
Ninguna de esas modificaciones se observó en los otrospacientes.
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Asimismo, quienes caminaron en la cinta mejoraron suvelocidad de caminata un 51 por ciento, comparado con el 11 porciento de mejora registrado en el grupo que realizó ejerciciosde estiramiento.
En tanto, el grupo que practicó en cintas mejoró lamovilidad y el estado aeróbico un 18 por ciento, frente aninguna mejora en este aspecto entre los pacientes que hicieronestiramiento, añadió el equipo.
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"Algunas de estas personas realmente estaban en una sillade ruedas cuando comenzaron y muchas usaban bastones yandadores", destacó Hanley, quien añadió que algunos de lospacientes pudieron dejar esos complementos o disminuir ladependencia a ellos después del ejercicio en la cinta.