EEUU rompe la inercia en la OMC al ofrecer un recorte de subsidios que no convence al resto
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Estados Unidos rompió hoy la inercia con la que empezó la reunión ministerial que intenta salvar la Ronda de Doha con el anuncio de que está dispuesto a hacer una modesta rebaja de sus subsidios agrícolas, una oferta que fue recibida con decepción y cautela por el resto de negociadores.
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Una treintena de países se encuentran esta semana en la sede de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en una reunión considerada definitiva para conseguir en 2008 un acuerdo que permita concluir un proceso que comenzó hace siete años.
El director general de la OMC, Pascal Lamy, pidió esta mañana a las delegaciones que pusieran sus cartas sobre la mesa; los estadounidenses siguieron su consejo y anunciaron algo que, de hecho, todo el mundo esperaba.
La representante de Comercio (ministra) de Estados Unidos, Susan Schwab, dijo que su país ofrecía rebajar los subsidios agrícolas a sus productores hasta los 15.000 millones de dólares anuales.
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Schwab explicó que su techo actual está en los 48.000 millones de dólares, aunque especificó que nunca lo habían alcanzado, y recordó que su última oferta había sido de 17.000 millones.
"Buen intento", comentó una fuente negociadora latinoamericana al conocer el anuncio.
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Esta reacción se debe a que en la actualidad Estados Unidos otorga una media de 7.000 millones de dólares anuales porque sus subvenciones están vinculadas directamente a los precios agrícolas por lo que bajan cuando éstos suben -como ocurre actualmente en los mercados internacionales- y a la inversa.
Consultada sobre la respuesta que dará a quienes le indiquen que este recorte es a la práctica una posibilidad de doblar sus subvenciones, Schwab respondió:
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"En siete de los últimos diez años, nuestros subsidios fueron superiores a 15.000 millones de dólares. Sólo en 2005 fueron de 18.900 millones y hace cinco años de 22.500 millones".
"El precio de los alimentos es volátil y no se pude prever que se mantengan altos", agregó.
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La representante estadounidense dejó bien claro que ésta era una oferta "condicionada" a las concesiones que el resto de miembros hagan en "acceso a mercados agrícolas y bienes industriales".
Poco después del anuncio estadounidense, el ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Celso Amorim, señaló que la cifra de 15.000 millones de dólares refleja "un nivel de ambición bajo" en un eventual acuerdo final.
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"Espero que ésa no sea una cifra final", dijo a un grupo de periodistas momentos antes de que se reiniciara la reunión de ministros.
Recordó que la posición de Brasil es que EEUU debe aceptar una rebaja significativa con respecto a los subsidios reales que da a sus agricultores y no de los máximos teóricos que podría entregar.
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Por su parte, el canciller de Argentina, Jorge Taiana, se declaró "decepcionado" de la oferta de Schwab.
Otros negociadores latinoamericanos también tuvieron reacciones de cautela frente al anuncio y mientras algunos lo consideraban una "estrategia mediática" otros señalaban que su verdadero propósito es poner presión contra el resto de países para que efectúen las concesiones que EEUU reclama.
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El ministro de Comercio francés, Michel Barnier, actual presidente de turno del Consejo de la Unión Europea, confesó que había conocido la cifra pocos minutos antes de ser consultado y por tanto no podía hacer una valoración hasta que fuera analizada con el resto de los socios comunitarios.
Por otra parte, Barnier señaló que para los europeos el estado actual de las negociaciones es muy "desequilibrado" y citó que para lograr un balance necesitan más concesiones en bienes industriales, en servicios y en denominaciones de origen.
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"Vamos a seguir vigilantes para que las propuestas no sean simples cambios cosméticos", señaló Barnier.
Precisamente, el mismo argumento de falta de equilibrio fue utilizado por argentinos y sudafricanos, que criticaron las "excesivas" demandas de los ricos en relación al recorte de aranceles a la importación de bienes industriales.