Los diez pirados más desesperantes de la pequeña y de la gran pantalla
Un repaso a los personajes más extravagantes y exasperantes que han surgido en el cine y la televisión en los últimos años, que, pese a todo, cuentan con millones de fans
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Maniáticos, inaguantables, mezquinos, cargantes, ruines, interesados, manipuladores, extravagantes, antojadizos, fastidiosos, exasperantes, irritantes, enojosos, inoportunos, pesados, insoportables, soberbios, engreídos, orgullosos, petulantes. En definitiva, desesperantes. Pero alguna cualidad buena deben tener estos individuos (de ficción) utópicamente desternillantes, pues millones de personas les adoran y lucen sus rostros en camisetas guasonas y productos de mercadotécnia de todo tipo. Es el endiosamiento de los marginales, el ascenso hasta los altares de los imcomprendidos, la venganza de los inadaptados.
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Es el repudiado del momento (interpretado por Jim Parsons). Un genio ególatra más que brillante cuya mayor aspiración en la vida es ganar el Premio Nobel de Física (obtuvo su primer doctorado a los 15 años), pero con unas dotes paupérrimas para las relaciones sociales. Es imposible no ver un episodio completo de la serie que protagoniza, The Big Bang Theory, y no desear tirarle algo a la cabeza. Con cariño, se entiende.
Son muchos los calificativos que se pueden dedicar a este tipo (interpretado en la serie The Office por Rainn Wilson), pero vamos a quedarnos, por ejemplo, con avasallador, intransigente, terco y sectario. Tiene demasiado claro cómo tienen que ser las cosas y es tan minucioso e impetuoso a la hora de cumplir su ideario que termina siendo hilarante. Cualquiera de sus duelos con su jefe en la oficina, Michael Scott (Steve Carell), es de una comicidad soberana.
Un adulto fan de los Jonas Brothers es algo que ya de por sí da mala espina. Es como que algo falla ahí, dentro de esa mente desequilibrada y evidentemente inmadura. Además, se medica para controlar su Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). No es que debamos bromear sobre estos datos, pero al tratarse de un irritante personaje de ficción (hecho carne gracias a Zach Galifianakis), preferimos mantener un recuerdo desternillante.
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Cuando a un hombre se le conoce con el apelativo de Loco, mal vamos. Por muy capitán del ejército que sea, resulta complicado fiarse de alguien así (representado por Dwight Schultz en el serial televisivo y por Sharlto Copley en la adaptación cinematográfica), por mucho que sea experto en pilotar aviones de guerra y helicópteros. De hecho, esta habilidad no hay sino acrecentar la desconfianza. Sus bromas fuera de lugar sacaban de quicio a todo El Equipo A, aunque muy especialmente al forzudo M.A. Barracus. Y es que al final resulta hasta cautivador.
La saga de películas Agárralo como Puedas (The Naked Gun) es una cima del cine absurdo, con el torpe y despistado teniente Frank Drebin (Leslie Nielsen) como referente absoluto. Tanto sus diálogos como sus escenas son descacharrantes hasta el dolor y los fans pueden pasarse horas y horas recordando sus momentos más memorables. Día tras día. Infatigables al cachondeo.
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Un adulto infantiolide que se (mal)gana la vida repartiendo periódicos en bici y que sigue compartiendo casa con sus hastiados padres, que no dudan en tratarle con cínica inmisericordia. El surrealismo extremo es la base de esta serie televisiva de culto (con Chris Elliot como rostro a recordar-olvidar) de los noventa en la que el protagonista muere en una decena de ocasiones. El episodio en el que conoce al extraterrestre Vomitón sigue siendo hoy careciendo de sentido alguna para una mentalidad medianamente educada. Y ese es su encanto.
El actor Jim Carrey es una locura en sí mismo, de manera que en este repaso a personalidades complicadas no había más remedio que hacer un hueco a uno de sus primeros papeles de éxito planetario. Se trata de Ace Ventura, un detective un tanto destartalado especializado en casos de animales, con los que empatiza como si de una nueva versión de Tarzán se tratase. Lo de conducir con el cristal delantero del coche destrozado y sacando la cabeza por la ventanilla no es tan fácil como parece.
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Jack Nicholson ganó el Oscar en 1997 por dar vida a Melvin Udall, un escritor obsesivo y maniático, en la premiada película Mejor Imposible. Durante la primera mitad de la trama estamos ante uno de los seres más desagradables y retorcidos que quepa imaginar, algo que se va suavizando paulatinamente gracias a un perrito simpático y a una camarera cargada de paciencia (Helent Hunt). El final feliz no hace olvidar lo odioso del extravagante personaje.
Estamos ante un icono total de los noventa. Una mente privilegiada para un cuerpo torpe, incapaz y desquiciantemente inoportuno. Su dichosa frase "¿He sido yoooo?" tras causar los más variopintos estropicios irritaba hasta al más flemático de los mortales. Las disparatadas situaciones protagonizadas por Jaleel White en la sitcom Cosas de Casa se iban definitivamente de madre si aparecía en escena otro personaje aún más desconcertante, el amigo Waldo Faldo. Pobre Carl Winslow, la cantidad de locuras que tuvo que soportar.
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El auge de la animación gracias al éxito de The Simpsons (sin duda Hommer también podría formar parte de este listado) nos lleva inevitablemente hasta Peter Griffin, un tipo tan infame y rastrero que sólo le salva ser un dibujo animado. Si fuera real habría que encarcelarlo. Atesora todas las debilidades humanas, algunas de ellas delictivas, lo cual le enreda en tramas dignas de su mente indispuesta. Le salva su amor por su familia y su fanatismo por los Kiss, que si no... ah, y menos mal que es un family guy.