Díaz Ferrán se juega el cargo con las pymes
El descontento de la patronal se plasma en la revuelta de su organización filial, que encara unas elecciones decisivas con dos candidatos enfrentados
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Desde la perspectiva religiosa, tan malo es pecar por acción como por omisión. Con este sentido moral, un aplauso en la Junta Directiva de la CEOE el miércoles pasado, cuando su presidente, Gerardo Díaz Ferrán, explicó la situación de sus empresas, es tan comprometido como el silencio que reinó en la sala minutos después.
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Por ahora, sólo un empresario rompe de forma continuada el silencio alrededor de Díaz Ferrán. El presidente de la confederación de pequeñas y medianas empresas, Cepyme, Jesús Bárcenas, se ha convertido en un molesto, y en parte inesperado, Pepito Grillo del líder de la patronal.
El descalabro empresarial del líder de la CEOE ha aupado a Bárcenas
Sus críticas, primero veladas y ahora deliberadamente abiertas, al dueño de Viajes Marsans han abierto una guerra dentro de CEOE. Su voz discordante suena en los lugares más incómodos para el líder de la gran patronal ya que, al igual que CEOE, la organización de las pymes está reconocida por Gobierno y sindicatos como un interlocutor propio y válido, por lo que se le invita a participar en todos los procesos de negociación.
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La irritación de Díaz Ferrán ha culminado en una campaña para promocionar por primera vez a otro candidato al frente de Cepyme, que celebra en junio sus elecciones. Díaz Ferrán ha apostado por Jesús Terciado, el presidente de la patronal de Castilla y León, el territorio que aporta más votos en el proceso electoral, junto con Andalucía y Castilla-La Mancha, de donde procede Bárcenas. Terciado tiene un bajo perfil, tanto en la esfera pública como en la privada, unas características idóneas para el compañero de viaje que busca el líder de patronal.
Bárcenas ha ido cobrando protagonismo en la CEOE y también en la esfera pública desde que el predecesor de Díaz Ferrán, José María Cuevas, abandonó la presidencia en 2007. El castellanomanchego era un hombre de Cuevas y bajo su mandato la organización fue casi invisible.
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En abril se abre el proceso electoral que culmina en junio
Pero Bárcenas no se sintió cómodo con la llegada de Díaz Ferrán y mucho menos con que este terminara por echar al histórico secretario general, Juan Jiménez Aguilar. La marcha de Aguilar, que se convirtió en una trágica dimisión con desmayo sobre escenario incluido, marcó el punto de inflexión en el trato entre ambos representantes empresariales.
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Desde entonces, Bárcenas ha trabajado porque Cepyme tenga entidad propia, realizando sus propias declaraciones y adoptando una actitud diferenciada en los procesos de concertación social. El todavía líder de las pymes ha tratado de ser continuista con la postura dialogante de Cuevas, con críticas a las exageradas posiciones de la CEOE que han llevado a dos rupturas del Diálogo Social.
Sin embargo, su salto al ruedo fue prematuro, y su actitud díscola no fue bien vista por el grueso de la patronal. La gota que colmó el vaso y escenificó su soledad en la organización fue la cumbre empresarial que Díaz Ferrán organizó el pasado 2 de diciembre y a la que Bárcenas no asistió.
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La caída de Air Comet apenas dos semanas después dio un giro inesperado al curso de los acontecimientos. La CEOE al completo se ha visto bajo la lupa de la opinión pública por los escándalos empresariales de su presidente, que no pagaba las nóminas ni las cotizaciones sociales de sus trabajadores desde hacía meses. Las protestas de los trabajadores de la aerolínea ante la puerta de la sede o en cualquier acto empresarial han resultado un tremendo desgaste para los empresarios. "Nos tratan como si fuéramos todos delincuentes", dice un miembro de la organización. Cada vez son más los que utilizan la puerta de atrás para salir del edificio.
La disolución forzosa de Seguros Mercurio ha supuesto otro empuje para la posición de Bárcenas. Por primera vez más voces hicieron críticas en público, como el presidente de la Asociación de Estanqueros, Manuel Fernández Vicario.
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Sin embargo, este tímido cambio de ambiente en la CEOE no es suficiente para que Bárcenas cante victoria. A mediados de abril este tendrá que abrir oficialmente el proceso electoral y sólo otro desliz empresarial de Díaz Ferrán catapultará definitivamente su candidatura. Pero la renovación del crédito de Caja Madrid (anunciada este mismo viernes) y la línea de crédito concedida a Marsans esta semana ponen en solfa esta posibilidad.
Bárcenas debe por lo tanto vigilar los tempos, porque la campaña electoral hasta junio sin cambios sustanciales en la situación de Díaz Ferrán le podrían suponer un grave desgaste. Con los dos principales caladeros de votos territoriales perfilados, ganarse a los empresarios andaluces será clave para decantar la balanza. En este sentido, el posicionamiento del presidente de la patronal andaluza (probable sucesor de Díaz Ferrán al frente de las grandes empresas) es capital, pero Herrero ha reiterado esta misma semana su lealtad al jefe de CEOE, con lo que pueda implicar.
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El triunfo de Bárcenas supondría, implícitamente, una invalidación del cargo de Díaz Ferrán. En la práctica, la continuación al frente de CEOE del dueño de la mayor empresa turística de España está amenazada por el éxito del propietario de una empresa eléctrica de Valdepeñas. Muchos dirán que son David y Goliat.