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Díaz Ferrán acusa a Solbes de parar medidas contra la crisis

El presidente de la patronal es elegido con el 86,7% de los votos

BELÉN CARREÑO

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) celebró ayer elecciones con un único candidato: el anterior presidente Gerardo Díaz Ferrán. El líder de la patronal fue elegido con el 86,7% de los votos, casi cinco puntos menos que su antecesor, José María Cuevas. En su investidura, Díaz Ferrán dio una de cal y otra de arena al plan del Gobierno contra la crisis, algo muy frecuente en sus intervenciones. Díaz Ferrán destacó las medidas que había tomado el titular de Trabajo, Celestino Corbacho,y el de Industria, Miguel Sebastián, presentes en el acto, aunque las consideró "insuficientes". Además, hasta en dos ocasiones, Díaz Ferrán se lamentó de que Economía frenara las propuestas de otros ministerios.

Una vez finalizado el acto, y aún exultante por el apoyo recabado, Díaz Ferrán aclaró a los periodistas que el ministerio de Sebastián había lanzado un plan para realizar ayudas directas a la compra de automóviles similar al que se ejecuta en Alemania. Según el dirigente, el plan tendría un coste de 500 millones de euros, que se compensaría en parte por los impuestos de matriculación de los alrededor de 200.000 coches que se venderían a cambio de reciclar los coches más viejos y contaminantes.

Siempre según Díaz Ferrán, el ministro de Economía, Pedro Solbes, paró este proyecto y "otros" de diferentes ministerios, ya que deben pasar por su supervisión presupuestaria. En anteriores comparecencias, Solbes ha explicado que no existe margen presupuestario, pero que se pueden adoptar otro tipo de medidas contra la crisis.

Durante el acto, el líder patronal reiteró su compromiso con el Diálogo Social, pero reconoció que no había firmado el último acuerdo el de las bonificaciones para contratar parados al no poder "ceder ante nuestras profundas convicciones" de lo que era bueno para la economía.

Firmeza negociadora

"Estamos siempre dispuestos al acuerdo excepto cuando están en juego las empresas", dijo en referencia a la negociación colectiva y la ausencia de un pacto de salarios y concluyó que "la CEOE no firmará ningún acuerdo que considere perjudicial para las empresas". Estas palabras arrancaron el primer y más intenso aplauso del auditorio. En este sentido reconoció que espera reunirse con el Diálogo Social después de Semana Santa para convencer "a Gobierno y sindicatos de que hace falta una reforma laboral". El resto del discurso pivotó sobre los principios de libre empresa y "mínima" regulación.

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