El pequeño poblado de San Juan del Grijalva, en el Estado mexicano de Chiapas, fue ayer borrado del mapa tras la nueva tragedia natural registrada en el sureste del país. La caída parcial de una esclusa del embalse Peñitas sobre el río Grijalva provocó una ola gigantesca que arrasó este pueblo de 416 habitantes, todos ellos mayas de etnia zoque.

Oficialmente hay 16 desaparecidos bajo los tres metros de lodo y piedras que ahora cubren el poblado. Sin embargo, las primeras estimaciones de testigos apuntan que el número de víctimas mortales superará la centena ya que la riada llegó a medianoche, cuando los habitantes dormían.

El gobernador de Chiapas, Juan Sabines, aseguró tras su visita a la zona que sólo permanecen visibles 'la torre de la Iglesia y los pisos superiores de una escuela'. Sin embargo, negó que haya hasta 150 muertos, como se difundió ayer, ya que 'cuando se produjo el desgajamiento del cerro todas las personas de San Juan se habían puesto a salvo. Un estruendo, como de estampido de vacas, les alertó', dijo.

Mejora la situación en Tabasco

San Juan del Grijalva es un pueblo chiapaneco fronterizo con el Estado de Tabasco, azotado desde la semana pasada por lluvias torrenciales que provocaron graves inundaciones. La precaria situación del embalse Peñitas y los riesgos para poblaciones como San Juan levantadas junto a la ribera del río Grijalva, fueron denunciadas el jueves por colectivos de voluntarios de Tabasco y por Greenpeace.

Sin embargo, sólo se procedió a evacuar a los habitantes de las zonas afectadas. Por fortuna ha dejado de llover en Tabasco. Los caudales de los dos ríos que circunvalan Villahermosa bajaron ayer casi dos metros. Esta mejoría meteorológica permitió iniciar las labores de limpieza y coordinar la ayuda humanitaria en medio de fuertes críticas. El presidente de México, Felipe Calderón, anunció ayer la creación del Fondo Tabasco con un capital inicial de 13 millones de euros que irán destinados a reconstruir la industria devastada por las inundaciones.