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Desarticulado un grupo que organizaba cacerías furtivas para clientes con dinero

La Guardia Civil ha detenido a tres personas que integraban, presuntamente, un grupo criminal que operaba en zonas de caza de Teruel y Guadalajara, ofreciendo a clientes de alto poder adquisitivo la oportunidad de cazar piezas de caza mayor de manera ilegal.

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Teruel, Actualizado:

La Guardia Civil ha detenido a tres personas que integraban, presuntamente, un grupo criminal que operaba en zonas de caza de Teruel y Guadalajara, ofreciendo a clientes de alto poder adquisitivo la oportunidad de cazar piezas de caza mayor de manera ilegal.

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Según ha informado el instituto armado, la denominada "Operación Íbice" ha llevado a la detención de tres personas y a la identificación e investigación de otras seis en las localidades de Rueda de la Sierra, Tierzo y Molina de Aragón (Guadalajara), Parla (Madrid) y Almería por su supuesta pertenencia al grupo o ser clientes de ésta.

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En rueda de prensa, los responsables de la operación han explicado que los cabecillas de la trama contactaban con los clientes a los que les ofrecían la posibilidad de obtener trofeos de caza mayor a cambio de una cantidad determinada de dinero.

Se trata de personas con "alto poder adquisitivo", ha dicho el sargento del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, Francisco Soler, quien ha revelado que la trama ofrecía precios muy inferiores a lo que costaría abatir la misma pieza de manera legal, y que los clientes "tenían perfecto conocimiento de que era algo ilegal".

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Así, la trama ofrecía la posibilidad de cazar un macho medalla de oro de cabra montés, que puede conllevar unos costes de 6.000 euros en una batida legal, por sólo 2.000 euros.

La red contaba con precintos procedentes de permisos de caza legal

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La red se servía de varios vehículos para que las piezas y las armas nunca fueran transportadas juntas, y también contaba con precintos procedentes de permisos de caza legal en Teruel y Guadalajara, que guardaban para justificar la caza de las piezas en el caso de ser sorprendidos por agentes forestales o del Seprona.

Además, tomaban medidas de seguridad como esquivar posibles testigos, vestir ropa que no indicaba que fueran cazadores y un sofisticado sistema de transmisiones.

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Tras las detenciones y registros practicados, los agentes se han incautado de escopetas, carabinas, miras telescópicas, teléfonos móviles, radioteléfonos, un foco y linternas.

También han intervenido varias cabezas de ciervo y de corzo, así como un ejemplar entero de esta última especie y una piel de oso con cabeza incluida adaptada como alfombra, cuya procedencia se está investigando.

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Aunque la operación sigue abierta, los investigadores decidieron realizar las detenciones ante el inicio, el 1 de abril, de la temporada de caza del corzo, ya que les constaba a los agentes que la trama tenía previsto abatir varias piezas de este modo ilegal.

La investigación comenzó el pasado año cuando los detenidos y algunos de sus clientes abatieron ilegalmente tres ejemplares de macho de cabra montés en las proximidades de la localidad de Gargallo (Teruel).

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Los detenidos y los investigados han sido puestos a disposición judicial del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Teruel. 

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