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Defensa paga al exmilitar en huelga de hambre y este deja la protesta

Andrés Merino y el Ministerio han llegado a un acuerdo para abonarle una cantidad por adelantado a la espera de la llegada de la aclaración que Defensa solicitó al Tribunal Superior de Justicia de Murcia sobre su caso

El exmilitar Andrés Merino (der), junto al cabo Iván Ramós (izq), frente a la entrada del la sede del Ministerio de Defensa en Madrid. JAIRO VARGAS

CARLOS DEL CASTILLO

@CdelCastilloM

MADRID.- Andrés Merino, en huelga de hambre frente al Ministerio de Defensa desde el 22 de noviembre y que este martes tuvo que ser ingresado en el Hospital Universitario La Paz, ha llegado a un acuerdo con el departamento que dirige desde hace un mes la conservadora Mª Dolores de Cospedal.

Según ha explicado a Público su abogada, el exmilitar ha conseguido parte de sus reivindicaciones. Defensa le ha ofrecido un pago por adelantado, independiente de la posición que adopte el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia en la aclaración solicitada por el Ministerio. Esta pedía a dicho órgano judicial que se posicionara en cuanto al derecho de Merino a recibir una pensión de invalidez vitalicia, como interpretan él y su abogada que afirma la sentencia, o una indemnización, como cree Defensa.

Eso sí, la letrada no ha podido hacer públicos los detalles del acuerdo ya que, ha explicado, Defensa ha solicitado "discreción". Ha revelado que mandos del Ministerio se pusieron en contacto con ella este miércoles con voluntad de alcanzar un pacto, como finalmente ha sucedido, y que ya se han dado los primeros pasos para que el exmilitar, caballero legionario paracaidista y veterano de la guerra de Afganistán, pueda pasar una Navidad digna junto a su mujer y sus seis hijos.

"Con esto podemos salir un poco de todo por lo que estábamos pasando", ha explicado Merino a la prensa: "Lo triste es que hayamos tenido que llegar a esto".

La abogada de Merino no ha podido revelar los detalles del acuerdo, ya que Defensa ha solicitado "discreción"

El conflicto entre el exmilitar y la institución llegó a raíz de la conclusión del periodo de tres meses para el cumplimiento voluntario de una sentencia del TSJ de Murcia que daba la razón al primero tras un litigio de casi cuatro años. En el fallo, los jueces anulaban una resolución del Ministerio, dirigido entonces por Pedro Morenés, que negaba que las lesiones incapacitantes de Merino, una de ellas acaecida en Afganistán, se hubieran producido en acto de servicio. 

Además, Defensa le concedía en esa resolución un 16% de minusvalía, insuficiente para asignarle una pensión. Sin embargo, el exmilitar y su abogada denuncian que el fallo del tribunal anula también ese tanto por ciento, y se negaron a aceptar la indemnización ofrecida, de unos 37.000 euros. Un pago que los altos mandos militares responsables del área de pensiones han seguido ofreciendo a Merino durante su huelga de hambre apostado ante las puertas de Defensa.

El Ministerio decidió entonces pedir una aclaración al TSJ de Murcia para que este se posicionaran sobre esta cuestión, ya que en un primer momento solo reconocieron a Merino "su derecho a recibir la pensión que con arreglo a la legislación vigente le corresponde". Ante el enquistamiento de la situación, el exmilitar se trasladó a la capital y comenzó una huelga de hambre para denunciar que siete meses después del fallo aún no había recibido ni un euro y su familia estaba en una situación desesperada, sobreviviendo con un subsidio de 400 euros.

"Hay días que no como porque coman mis hijos. A veces no me encuentro bien, estoy muy cansado… Cualquier día me caigo por ahí y mis hijos van a tener que ver eso. Para que eso no pase me voy a la puerta del Ministerio de Defensa y me pongo en huelga de hambre aquí y si caigo, caigo aquí. Por lo menos que mis hijos no lo vean. Es el último cartucho, por ellos", aseveraba el exmilitar.  

El tortuoso camino a la pensión

La protesta de Andrés Merino ha servido como recordatorio del penoso camino que el Ministerio de Defensa obliga a recorrer a muchos militares y guardias civiles (en nómina de Interior pero cuyas pensiones de invalidez supervisa Defensa) para ver reconocido su derecho a ser compensados tras ser heridos en el desempeño de su labor. 

A la huelga de hambre de Merino se unió en primera instancia el cabo Iván Ramos, herido en Afganistán y al que Defensa solo reconoce un 42% de minusvalía, por el 75% que le otorgan los médicos de la Comunidad de Madrid o el 81% asignado por un informe médico independiente. Aunque el estado de Ramos le obligó a dejar la huelga de hambre —sufre pérdida de bazo y un riñón—, el joven ha acompañado a Merino en los gélidos días que ha vivido la capital durante la protesta, y algunas noches. 

Seguimos siendo leales, pero ellos no. Nos abandonan, quieren engordar sus bolsillos pero se olvidan de la lealtad. Nosotros cumplimos hasta que fuimos heridos"

"Todo es por el dinero", explicó Ramos a Público el primer día frente a las puertas del Ministerio. "Intentan alargar lo máximo posible estos trámites para que la gente se canse, o por falta de recursos no pueda asumirlo más. Seguimos siendo leales, pero ellos no. Nos abandonan, quieren engordar sus bolsillos pero se olvidan de la lealtad. Nosotros cumplimos hasta que fuimos heridos", denunciaba.

La abogada de Merino, experta en la defensa de militares y guardias civiles, afirmó que "cualquier barbaridad es normal en el Ministerio de Defensa": "Partiendo de esa base, es normal que un Tribunal Médico Militar, pese a que toda la documentación que obra en ese tribunal diga que este señor ha sufrido una lesión en acto de servicio en Afganistán —como ellos reconocieron en 2004—, diga en el año 2013, cuando ya hay que reconocerle que está incapacitado para el servicio, que la enfermedad que sufre es de origen desconocido".

"Lo indignante no es que haya pasado esto, sino que lo mismo que le están haciendo a Andrés se lo están haciendo a muchísimos soldados y a muchísimos guardias civiles", advertía cuando su defendido aún aguardaba a que el Ministerio diera un paso para resolver su caso.

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