El cura acusado de apropiarse de la pensión de un tetrapléjico dice que obró bien
El abogado del denunciante pide tres años de prisión para el sacerdote, que utilizó la pensión del hombre entre 1994 y 2010 para sufragar los gastos de su cuidado y los del centro.
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El sacerdote J.A.D., acusado por un tetrapléjico y su familia de apropiarse de parte de su pensión durante 16 años, ha declarado este miércoles en el juicio que se sigue contra él que obró bien "moralmente".
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La acusación se refiere al período en que el denunciante, Raúl Riande, estuvo internado en el hogar de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis (Vigo), del que el religioso es director. El abogado del denunciante mantuvo su petición de tres años de prisión y 30.000 euros de indemnización contra el sacerdote, que utilizó la pensión del hombre durante el tiempo que estuvo ingresado, entre 1994 y 2010, para sufragar los gastos de su cuidado y los del centro, según él mismo reconoció.
Según la acusación, el reglamento interno del hogar sólo permitía a los hermanos usar el 75% de la pensión de Riande, que cobraba del Estado una cantidad mensual de entre 400 y 500 euros, pero no el total.
El cura aseguró, por el contrario, que había un "acuerdo verbal" entre el enfermo y él para que dispusiese de los fondos según su criterio. "Yo retiraba el dinero, y nunca informé a la familia, porque nunca me lo dijeron", aseguró el religioso, que señaló que disponía de las cantidades según iba siendo necesario para cubrir las necesidades de Raúl y del propio centro, que recibe una subvención anual de la Xunta de 105.000 euros al año, según argumentó.
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Riande declaró con dificultad ante su abogado y la fiscal -que defiende la absolución del cura- y, después de que el acusado le saludase con dos palmadas en la mejilla, aseguró que nunca acordó nada con él y que durante todo el tiempo que permaneció en el hogar nunca se enteró "de nada". La tía y un primo de Riande aseguraron que sólo descubrieron el supuesto desfalco cuando su familiar consiguió plaza en una residencia de la Xunta en Lalín, en el momento en que la asistencia social les dijo que en la cuenta sólo quedaban 30 céntimos.
Entre las diversas retiradas de fondos, que alcanzaron en alguna ocasión los 5.000 euros, figura una el mismo día del traslado a la residencia de la Xunta de algo más de 2.000, lo que el sacerdote justificó con que, como hasta entonces habían cuidado de Raúl, "moralmente" les correspondía. "Nunca creí que una persona con sotana pudiese hacer esto", explicó Ildefonsa, tía de Raúl, que aseguró que nunca había comprobado el estado de las cuentas porque se fiaba del cura.