Cuatro soldados alemanes resultaron hoy heridos al explotar un automóvil en un atentado suicida a las afueras de la localidad afgana de Kunduz, en el norte del país, anunció un portavoz del Bundeswehr, el ejército germano, desde su central de operaciones en Potsdam, junto a Berlín.

El portavoz corrigió así la cifra inicial de tres a cuatro heridos y señaló que "no hay motivo de preocupación", ya que todos ellos sufrieron lesiones leves como consecuencia del atentado, del que no dio detalles concretos.

Únicamente explicó que la explosión se produjo sobre las 09,50 hora local a unos cinco kilómetros al noreste de Kunduz, localidad en la que las tropas alemanas de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán tienen su base principal, y que se desconoce por ahora si se produjeron víctimas civiles.

El atentado tuvo lugar un día después del bombardeo ordenado por fuerzas alemanas de dos camiones cisternas secuestrados por talibanes al sur de la misma localidad y en el que murieron más de 50 insurgentes.

Por otro lado, el ministro alemán de Exteriores, Frank Walter Steinmeier, ha señalado que la misión del Bundeswehr en Afganistán es tan peligrosa como la guerra, aunque el uso de ese término no sería correcto.

La guerra siempre se produce entre Estados y en Afganistán el Bundeswehr lucha contra el terrorismo, destaca Steinmeier en declaraciones que publica hoy el rotativo "Hamburger Abendblatt".

"Por eso no hablamos de guerra, sino de misión de combate", comenta el ministro, quien considera que ese tipo de actuaciones no son menos peligrosas que una guerra.

El también candidato socialdemócrata a la Cancillería Federal reitera además su demanda de que se elabore un plan para la retirada de las fuerzas alemanas emplazadas en Afganistán.

"Necesitamos un plan y saber cuanto tiempo deberán permanecer allí los alemanes y otros soldados y saber como puede hacerse su retirada. De eso hay que hablar con el nuevo Gobierno y el nuevo presidente de Afganistán", señala Steinmeier.

El Bundeswehr se retirará "en cuanto los afganos sean capaces de garantizar la seguridad en su propio país", añade el ministro.

Sin embargo, rechaza hablar de un año concreto, ya que "quien cite una fecha para la retirada no hace sino dar una señal a los talibanes para que sepan cuanto deben hibernar hasta que puedan hacerse de nuevo con el poder".