Cruyff califica el estilo holandés de "feo, ramplón, duro y hermético"
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Johan Cruyff, ex jugador y ex entrenador holandés del Barça, se ha mostrado contundente a la hora de analizar el estilo de la selección de su país, al que ha calificado de "feo, ramplón, duro, hermético, poco vistoso y poco futbolístico".
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En un artículo publicado hoy en El Periódico de Catalunya, Cruyff ha asegurado que la final del Mundial la ganó "el que más se lo merece".
Cree el ex técnico que Andrés Iniesta, autor del gol que le dio a España el título, representa "al mejor Barça, al jugador habilidoso y al que más sufre".
Cruyff ha admitido que ganara quien ganara la final se iba a llevar una alegría. "Perdiera quien perdiera, iba a sufrir una decepción. Y grande. Así que acabado el partido 0-0, sabía que el resto era una lotería. Y cuando vi cómo Iniesta se ponía a su equipo sobre los hombros, pensé que ganaría", ha dicho.
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Ha explicado Cruyff que ese estilo nada vistoso de Holanda sirvió "para desquiciar a España", un equipo que jugó "veinte minutos estupendos (..), pero que aceptó el cambio de golpes y entró en la provocación".
"Unos practicaban el antifútbol al considerar que era la única manera de sobrevivir y los otros, los favoritos, vivían en un escenario que les sonaba demasiado por detestable, por feo. Por eso se llegó al 0-0, porque los que querían no podían", ha comentado.
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Al margen del gran trabajo de los dos porteros (Casillas y Stekelenburg), Cruyff ha elogiado a Andrés Iniesta. "Ha tenido un año durísimo, muy sufrido, con mucho dolor en su corazón (la pérdida de su amigo Dani Jarque fue descorazonadora para él) y lesiones que le apartaron de su amado Barça", ha dicho.
"Hay que tener un gran corazón, mucho coraje y ser un tipo especial para pintarse esa dedicatoria y mostrarla al mundo entero para ofrecer ese gol que tan feliz ha hecho a tanta gente. Ganó España, goleó Iniesta y triunfo el estilo Barça", ha resumido Cruyff.
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El holandés también ha aprovechado para criticar el arbitraje del inglés Howard Webb. "Se puede arbitral mal, equivocarte, pero lo que no se puede es crear tu propia justicia y, peor aún, inventarte una aplicación demasiado personal del reglamento", según el ex entrenador.
Ha explicado que el árbitro "no sólo dejó de expulsar a dos holandeses (incluso Roben mereció la segunda amarilla)", sino que "miró para otro lado en los momentos en los que debió implicarse".
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"Una final de la Copa del Mundo merece un gran arbitraje y, sobre todo, merece un árbitro que se atreva a hacer todo lo que implica ser juez", ha insistido.