Cruce de acusaciones entre PP y PSOE por causar divisiones
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Dirigentes del PP y del PSOE intercambiaron el domingo acusaciones sobre quien causa divisiones en la sociedad y quien pone en peligro la democracia, a raíz de que el sábado se sucedieran manifestaciones en una veintena de ciudades en apoyo al juez Baltasar Garzón.
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Miles de manifestantes marcharon el sábado por las calles de varias ciudades de España para protestar contra la impunidad de los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y para defender a Garzón, que tiene una causa abierta en el Tribunal Supremo por investigar estos delitos sin competencia.
En Madrid, donde se celebró una de las marchas más multitudinarias, a escasas manzanas hubo una contramanifestación falangista que contó con unos 300 partidarios portando una pancarta que decía "Orgullosos de nuestra Historia".
El domingo, la división saltó a la arena política y estuvo protagonizada por la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal y el ministro de Fomento, José Blanco.
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"No se puede estar actuando como está actuando hoy el PSOE. No se puede estar intentando todos los días reabrir las viejas heridas", dijo Cospedal en un acto en Toledo, por la presencia de militantes socialistas en las manifestaciones de la víspera.
"Lo peligroso que es que algunas actitudes de miembros del PSOE y personas muy destacadas del Gobierno están poniendo en riesgo la democracia", declaró, pidiendo al presidente del Gobierno que se preocupe por los verdaderos problemas de los españoles.
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Blanco respondió poco después desde la localidad madrileña de Fuenlabrada acusando al PP de jalear a los falangistas.
"Claro que no corre riesgo la democracia, lo único que corre riesgo es el PP, que con su comportamiento da oxígeno, jaleando todos los días a los falangistas", manifestó.
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Falange Española de las Jons, Manos Limpias y Libertad e Identidad presentaron una querella contra Garzón por investigar los crímenes del franquismo a sabiendas de que no era competente para instruir el caso y conocer la prescripción de los delitos y el fallecimiento de víctimas y autores.
Garzón acusó al general Francisco Franco y a otros miembros de su Gobierno de la desaparición de miles de personas durante la Guerra Civil y la posguerra, en un proceso en el que autorizó la exhumación de fosas comunes, aunque luego se inhibió ante los tribunales provinciales para que estos decidieran.
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El magistrado trató esta semana de impedir que abran juicio oral en su contra al recusar al juez que instruye el caso, Luciano Varela, acusándolo de parcialidad.
Varela tiene que decidir si abre juicio oral o archiva la causa, tras la presentación de las acusaciones por parte de las partes y del fiscal, que pidió que se sobreseyera el caso. Falange no podrá ejercer como una de las acusaciones no presentó a tiempo su escrito a tiempo, aunque va a recurrir.