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La crisis económica tumba al Gobierno portugués y abre la carrera electoral

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La crisis económica que tiene a Portugal al borde de un rescate financiero acabó hoy con seis años de gestión del Ejecutivo socialista de José Sócrates, que dimitió tras rechazar toda la oposición en bloque su último plan de austeridad.

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El dirigente conservador Pedro Passos Coelho, cuya decisión de no apoyar esta vez al Gobierno forzó su caída, sugirió de inmediato la celebración de elecciones anticipadas y se mostró dispuesto a que su partido afronte desde el Gobierno la crisis económica lusa.

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Pero el líder parlamentario socialista, Francisco Assis, expresó también su confianza en que Sócrates vuelva a ser candidato en las probables elecciones que aún debe considerar y convocar el jefe de Estado luso, Anibal Cavaco Silva.

El primer ministro dimisionario no precisó su futuro cuando justificó, en una declaración al país, la renuncia que había anunciado previamente la jefatura del Estado en un escueto comunicado en su página web.

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El líder socialista explicó la dimisión por el rechazo de la oposición al plan económico presentado esta semana para intentar superar la crisis económica y evitar pedir ayuda externa.

Sócrates acusó a las fuerzas de la oposición de anteponer el interés partidario a los intereses nacionales y les responsabilizó de los problemas que pueda sufrir ahora Portugal.

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En su comunicado, la jefatura del Estado anunció que el presidente, el conservador Anibal Cavaco Silva, abrirá reuniones con los partidos políticos el próximo viernes y que entretanto se mantiene en funciones el actual Ejecutivo hasta la aceptación de la renuncia.

Passos Coelho, presidente del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) del que es líder histórico Cavaco, responsabilizó al primer ministro saliente, José Sócrates, de "no conseguir crear confianza" en los mercados y castigar a los portugueses con sucesivos planes de austeridad que no dieron resultado.

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El líder de la oposición hizo otra declaración pública en la que esbozó el plan de su partido para combatir la crisis y consideró el cambio de Gobierno "un camino normal en democracia".

En alusión a las elecciones anticipadas -que deberían celebrarse dentro de unos dos meses- Passos Coelho consideró que este proceso "permitirá al país escoger un nuevo Gobierno con más confianza, más fuerza".

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De cara a ese proceso electoral, que se da ya por inevitable apenas año y medio después de las elecciones en las que los socialistas perdieron la mayoría absoluta, su dirigente parlamentario proclamó hoy que Sócrates "es y seguirá siendo" su líder.

El primer ministro saliente se mostró muy crítico con los partidos de oposición al explicar su renuncia y los acusó de "obstruir" la acción de Gobierno, "tirar abajo" los avances conseguidos con la Unión Europea y actuar con "irresponsabilidad" y "oportunismo.

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"Hoy el país perdió, no ganó", resumió el dirigente socialista, quien también recordó que su dimisión llega en un momento "crucial" para Portugal y Europa, debido a la cumbre extraordinaria que se celebra mañana en Bruselas y en la que se discutirán los mecanismos de gestión de la crisis de la deuda.

El dirigente socialista afirmó que la crisis política abierta hoy "sólo puede ser resuelta por la decisión soberana de los portugueses", en alusión a la convocatoria de elecciones y dejó entrever su disposición a repetir como candidato.

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"Con la determinación de siempre y la misma voluntad de servir a mi país, me someteré a esa decisión", recalcó.

"Desde hace varios meses, he luchado con el propósito fundamental de proteger al país de la necesidad de recurrir a la ayuda externa, para no caer en la misma situación que Grecia e Irlanda", subrayó Sócrates al recordar las "consecuencias profundamente negativas" de una intervención para "la imagen y el prestigio" nacional.

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Sócrates se marchó poco después de empezar el debate parlamentario en el que fue rechazado su cuarto programa de austeridad, que duró cinco horas y escenificó un duro intercambio de reproches entre los socialistas y los dos partidos conservadores y tres marxistas que forman la oposición.

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