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'Crematorio' disecciona la corrupción

La serie cruza la borrosa frontera que existe entre el cine y la televisión creando 'cinevisión'

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Si Tony Soprano hubiese nacido en Alicante se habría llamado Rubén Bertomeu y habría sido un constructor corrupto. Pero Bertomeu estaba destinado a un actor español, Pepe Sancho, quien protagoniza la serie Crematorio, que esta noche estrena Canal + (22.00 horas). Esta producción bebe de fuentes como Los Soprano y The Wire para retratar a "nuestros personajes turbios", propios de la corrupción urbanística, según indicó su director, Jorge Sánchez Cabezudo.

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La libertad creativa, el elevado presupuesto y la falta de presión por conquistar la audiencia familiar, que caracterizan a las producciones de cadenas de pago norteamericanas como la HBO y Showtime, han sido la referencia a la hora de crear el universo de Crematorio. De hecho, Sancho considera que esta producción es en realidad "cinevisión", ya que cruza la borrosa frontera entre el cine y la pequeña pantalla y aspira a convertirse en un referente para futuras ficciones. Además, para Alicia Borrachero, una de las protagonistas, la serie "apela a la inteligencia del espectador y eso es respetarle".

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Crematorio está basada en la novela homónima de Rafael Chirbes, Premio Nacional de la Crítica en 2008. La especulación inmobiliaria se ha tratado siempre con "delicadeza", opina Pepe Sancho, a lo que el director añade: "Es el momento para contar esta historia".

Resulta curioso cómo, mientras rodaban la serie, casos de corrupción similares saltaban a la agenda mediática. "La realidad nos golpeaba y alcanzaba continuamente", dijo el productor Fernando Bovaira. Para Sánchez Cabezudo, esta serie "mete el dedo en la herida e incita a la reflexión" sobre la situación de nuestro país.

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Ante todo, Crematorio es la crónica familiar de un imperio en el que el dinero y los escrúpulos sobran. No obstante, lo más interesante es el trabajo sobre los grises entre el bien y el mal.

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