Crece la polémica sobre los bonus de los bancos
Sarkozy podría abandonar Pittsburgh si no se limitan
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El debate sobre los excesos en las remuneraciones de los altos directivos de la banca se recrudece a medida que se acerca la cumbre del G-20, que se celebrará en Pittsburgh la próxima semana. Ayer fue Francia la que terció en la polémica.
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El secretario general de El Elíseo, Claude Guéant, declaró que el presidente, Nicolas Sarkozy, podría abandonar la cumbre si no hay avances en los asuntos que deben abordarse; sobre todo, en materia de bonus. Parecida advertencia fue formulada por Sarkozy en vísperas de la cumbre del G-20 en Londres, cuando amenazó con romper la baraja si no se lograba un acuerdo sobre los paraísos fiscales.
En el frente de países europeos decididos a limitar los bonus de los banqueros figura también Alemania, y Holanda se ha sumado asimismo a la propuesta. De hecho, el código de conducta aprobado la semana pasada por la propia asociación nacional de la banca holandesa, NVB, que prohíbe los bonus superiores al sueldo de un año y prevé su devolución en caso de que el banco registre pérdidas, podría servir de base para el compromiso que busca el G-20 sobre este asunto para la cumbre de Pittsburgh.
"El código constituye un paso hasta ahora único en el mundo", dijo ayer el ministro holandés de Hacienda, Wouter Bos, al diario Financial Times Deutschland. Su colega alemán, Peer Steinbrück, señaló que es una idea "para tomarse en serio". La limitación de bonus también cuenta con el apoyo del comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia, y el de Mercado Interior, Charles McCreevy.
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En Alemania, en plena campaña para las elecciones del día 27, algunas propuestas van aún más lejos que la holandesa. El candidato socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier, quiere introducir un impuesto global del 0,05% a las transacciones financieras, inspirado en la tasa Tobin. La canciller democristiana, Angela Merkel, que ha hecho de la limitación de los bonus uno de sus principales mantras electorales, ve con buenos ojos la idea pero rechaza aplicarla sólo en Alemania.
Hasta ahora, las propuestas franco-germanas han topado con resistencias en los encuentros preparatorios del G-20, sobre todo por parte de EEUU, China y Reino Unido.